Las Candidatas
Estas van a ser las primeras elecciones en que la mayoría de las cabezas de cartel estén ocupadas por mujeres. A primera vista a mí como mujer me parece estupendo que la mayoría de los partidos se hayan decidido por que seamos las mujeres quienes encabecemos las candidaturas.
Pero yo pienso que en muchos casos lo de colocar a una mujer la primera de la lista no es más que una manera de vendernos la perdiz. Porque ni creen en las mujeres, ni se creen las políticas de las mujeres. Lo que pasa que estos son tiempos para jugar al despiste, y aunque sea a regañadientes algunos partidos saben que una mujer logrará sin dudas mayor complicidad entre las votantes del mismo género, aunque luego no reconozcan al Consejo de la Mujer, o alienten a algunas a salirse del mismo.
El otro día mientras íbamos andando por el campo salió el tema, porque no deja de ser interesante que de seis partidos que se presentan de momento a las elecciones municipales, cuatro estén encabezados por mujeres. Claro, a primera vista todas estábamos encantadas con que tanta congénere se tirara para adelante, fueran del partido que fueran decía una. Porque, según ella y alguna más, las mujeres somos de otra forma que los hombres, somos menos viscerales y más capaces para llegar a acuerdos con las oponentes, si se trata de conseguir un bien para el pueblo. Porque las mujeres somos primero mujeres y luego políticas, decía otra.
Hasta ahí pude aguantar. Precisamente había escuchado el otro día por la radio a Maruja Torres diciendo que las mujeres no tenemos por qué ser iguales, ni que por el hecho de pertenecer al mismo género teníamos que tener las mismas ideas. Y ponía un ejemplo claro: mujer era Carmen Franco y mujer era Rosa Luxemburgo, y sus ideas y sus comportamientos no eran los mismos, y así se lo solté a mis amigas. Y que esto de tanta candidata en Villena, o tanta segunda de la lista, no era más que una manera de decirnos que ellos también están por la plena incorporación de la mujer en la política. Pero yo no me lo creo. A ver, ¿cuántas mujeres tenía el PP entre los diez primeros puestos en las elecciones pasadas? Dos. Y A.G.A., ¿cuántas mujeres tenía? Una. Pero de pronto, una vez que tenemos alcaldesa, ¡ala!, a sacar mujeres de debajo de las piedras para vendernos algo en lo que no creen. Y se lo dije bien claro a mis amigas, que elegir a una alcaldesa no es elegir a la madrina de la comparsa, ni a la regidora mayor. Que la mujer cuando se presenta a las elecciones por regla general tiene que hacer un doble esfuerzo que los hombres, sobre todo si tiene hijos. Y que no vale que de la noche a la mañana quien había puesto a las mujeres en sus listas como si fueran de adorno, se las sacaran de la manga.
Y luego lo de que seamos más capaces que los hombres para llegar a acuerdos, a las pruebas me remito. No hace falta mirar más lejos que la oposición que hace Celia NO, que si se hunde el pueblo con el parking, que si la Plaza de Toros es monumento nacional o que el AVE queramos o no queramos parará en Almansa.
Amigas, en las próximas elecciones que no os las den con queso. Hasta la semana que viene.