Las chicas no tienen pilila
Designar el título de la columna suele ser lo más divertido. Algunas veces se pretende sintetizar el contenido del artículo, en otras se intenta captar la atención de modo sensacionalista, incluso aplicando técnicas de marketing. En mi caso y teniendo como vecino en la otra manzana a un primer espada como Mateo, me devano los sesos para que mis artículos logren el interés suficiente para estar a la altura que las circunstancias merecen. Hay días en que las exigencias del guión, la actualidad, la cresta de la ola o el ojo del huracán, predefinen el titular y el contenido de la columna. Sobre el escritorio tengo datos para polemizar sobre los cambios de ritmo de ZP, sobre las maniobras de los altos jefes del cuarto poder para que no se hable de los cambios de ritmo de ZP, sobre las reuniones de ZP con sus amigos del eje La Habana-Rabat-Caracas, sobre los devaneos de ZP con sus aliados en asuntos de Unidad Nacional, sobre lo bien que le sientan los trajes a ZP, o puedo quedarme con las ganas de escribir sobre ZP, que es lo que haré pues necesito un poco de paz.
Hace tiempo se aceptaba como cierto el titular. ¿Quién no ha jugado a los médicos con sus amigas? ¡Qué candidez! Cualquiera se atreve ahora a mantener esta estupidez, dicho sea en el sentido anatómico del término.
Pero también desde el punto de vista de la igualdad de género social, las mujeres han alcanzado cotas de igualdad en una progresión geométrica. Las mujeres ocupan hoy puestos de trabajo tradicionalmente destinados a hombres muy hombres: Altos hornos, minería, agricultura, construcción... presentándose ante la sociedad como trabajadoras ejemplares y hablando en general, por aquello de los garbanzos negros. Mundos como el taurino han visto caer sus altas torres ante la osadía de unas cuantas valientes que se han puesto por montera un oficio tan complicado, donde no sólo dan cornadas los toros. Recuerdo aquella joven de Denia que a final de los ochenta movió cielo y tierra para lograr el ingreso en la Academia General del Aire, abriendo el camino a todas las que llegaron detrás y posibilitando con su lucha que durante este año una mujer militar ascienda al empleo de Teniente Coronel, a tiro de dos del Generalato. Ministerios, presidencias de gobierno, consejos de administración y hasta presidencias de comparsa. Todo lo que se proponen lo consiguen.
Sin embargo, no todo se lo proponen. En unas ocasiones porque no se les ocurre (supongo) y en otras porque no les interesa (estoy seguro). Nunca han intentado que se unifiquen las categorías deportivas, ni los equipos mixtos, ni se han propuesto el papado, ni correr en Fórmula I, ninguna ha presentado un recurso de inconstitucionalidad contra el asunto de la sucesión en la Jefatura del Estado, ni siquiera han planteado la aspiración de ostentar los cargos de Capitán y Alférez en nuestras comparsas, y fíjate lo bien que lo hacen de cabo y de tropa. En esta retahíla nunca matizaré cuales son a mi juicio los asuntos en los que no les interesa la igualdad, ni los que no plantean por falta de necesidad, pero considero que en algunos de ellos la discriminación es ofensiva para todos y para todas, aunque nadie se haya metido en harina.
Expongo esto no porque sea el Día de la Mujer, sino porque en breve se va a organizar en Villena un Congreso interno para afrontar los cambios en nuestras Fiestas (Dios nos pille confesados), y por si alguien considera que no debe continuar dicha discriminación.