Vida de perros

Las Fiestas de Villena

Hemos sobrepasado el equinoccio de primavera dejando atrás uno de los inviernos menos inviernos de cuantos recuerdo. También quedan atrás tantas festividades que hacen corto aquel dicho de “hasta San Antón fiestas son”. En Villena en realidad se vive una fiesta continua: Navidad y Reyes, San Antón, Festival Parental Advisory, Carnaval, Ecuador Festero, Fiestas del Medievo, Correfocs de San José, Semana Santa… Y eso solo hasta hoy, cumpliendo el primer cuarto del año. Un ritmo frenético al que acompañan las programaciones escénicas del Teatro Chapí y la Casa de Cultura, la programación del Cineclub, el Concurso Helie Memorial, los conciertos de La Cantina y las actividades del Espacio Joven. Contando únicamente aquello que se produce desde organismos municipales (y algo me dejo en el tintero).
El desarrollo y disfrute de toda esta programación debe ser para la ciudad motivo de orgullo y satisfacción, como decía aquel, pero supone todo un despliegue de espacios, infraestructuras y personal que debe estar a la altura de las circunstancias. Como lo debe estar la inversión económica y la finalidad tanto de las propuestas como la finalidad del conjunto de propuestas. ¿Qué? O sea, ¿qué? Pues eso, que igual que es necesaria la elaboración de ese Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) tan reclamado y tan dejado a medias a lo largo de los años y las legislaturas, es necesaria la elaboración de un Diseño Socio-Cultural en nuestra ciudad. E igual que la visión de un PGOU estudia la situación actual de los espacios, la tendencia de crecimiento, las intervenciones regionales o nacionales que afectarán a nuestro territorio, para tomar medidas y decisiones que afectarán a la Villena del futuro; el diseño de un Plan Socio-Cultural determinará tanto la situación técnica y social de las actividades que se desarrollan en la ciudad para considerar sus necesidades futuras, su devenir, sus debilidades y fortalezas. Este diseño se preocupará de aquellos aspectos socioculturales cubiertos tanto como de aquellos aspectos que requieren atención y/o intervención (ya sea por franja de edad, por situación social, o por intereses…).

Es por eso que me parece tan poco oportuna esta deriva de la Cultura, o de lo sociocultural si lo prefieren, queridas personas, hacia el terreno del turismo, o más bien hacia la concejalía de Turismo. Porque si bien podríamos decir que el terreno sociocultural se ocupa de lo interior, podríamos decir que el ámbito del turismo se ocupa del exterior. Y creo que debería ser obvio que mayoritariamente las pretensiones de las actividades que desarrollamos en Villena tienen más que ver con la idiosincrasia que con el comercio. Vamos, que hacemos las cosas para disfrutarlas y para que las disfruten el resto. Para relacionarnos, para crecer, para alcanzar objetivos no siempre apreciables a simple vista que sin embargo encierran un conflicto social (investiguen si no los pretendidos por el Barrio del Rabal). Y en ese camino, igual que en el que presta atención a actividades minoritarias o menos destacadas, es donde la intervención sociocultural resulta más importante, interesante y necesaria que la turística. Ambas se pueden compaginar, pero solo una puede llevar la voz cantante. Si una lleva al crecimiento como ciudad, la otra nos lleva la ciudad como parque temático.

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