Reclusas del centro penitenciario de Villena han creado un equipo de baloncesto con el propósito de que el deporte fomente la integración social y valores como el trabajo en conjunto, la solidaridad, el compañerismo y el respeto. Ese es el objetivo del programa "Baloncesto sin límites", que ha sido presentado hoy en esta prisión por el presidente de Caja Mediterráneo (CAM), Vicente Sala, el responsable de la Fundación Sociocultural del Baloncesto, Alfonso Seoane, y el ex jugador Fernando Romay.
El proyecto, destinado a la población reclusa femenina, se puso en marcha en 2007 en diferentes centros penitenciarios de toda España, aunque es la primera vez que se implanta en la cárcel de Villena. Participan 30 reclusas, que formarán parte del equipo hasta el próximo 30 de junio.
La finalidad de este programa, del que se imparten dos clases por semana de una hora y media cada una, es "contribuir a la inserción de estas mujeres y reeducar en valores como la adquisición de habilidades sociales, el trabajo en equipo, el compañerismo o la capacidad de comunicación", ha destacado Sala. Para el presidente de CAM, esta iniciativa, que en el ejercicio 2007-2008 obtuvo la Medalla de Plata al Mérito Social otorgada por el Gobierno, "sirve para sumar esfuerzos en el desarrollo de actividades que mejoren la autoestima de estas mujeres", que en estos momentos "están atravesando por una experiencia traumática".
En la misma línea se ha expresado Seoane, quien ha señalado que de los 21 programas que su Fundación desarrolla en toda España "éste es del que más satisfecho" se siente porque ayuda a las mujeres a "reincorporarse a la vida, a que se conozcan entre ellas, a que mantengan la figura practicando deporte y a que se diviertan".
Por su parte, Romay, que ha despertado mucho interés entre los reclusos, ha señalado que se trata de una "experiencia muy buena porque la esencia del deporte es llevar ilusión y qué mejor que repartir ilusión en un centro penitenciario". "Ya llevamos más de un año haciendo este programa en otras cárceles, y aquí las chicas llevan unos meses practicándolo, y lo que se nota es que hay un sentimiento de cohesión muchísimo mayor entre ellas. Esto les da envidia al resto, que también quieren sumarse al grupo", ha comentado. Según Romay, "el deporte y el baloncesto fomentan muchos valores". "El ejemplo está en el equipo nacional, que es gente con una educación exquisita y unos valores tremendos que los trasladan al terreno deportivo. Y eso es lo que intentamos trasladar aquí", ha añadido.
Vanesa Ales es una de las reclusas que forma parte del equipo y, para ella, se trata de un proyecto "muy positivo para las mujeres" reclusas. En su opinión, el colectivo femenino de internos está "un poco marginado" porque no tienen "tantas actividades como tienen los hombres". "Lo bueno que estoy sacando de este programa, además de aprender las normas del juego, es que, por ejemplo, me relaciono mejor con las compañeras", ha relatado. "Antes no toleraba un achuchón o un grito y ahora lo acepto. Nos ayuda a reinsertarnos un poco más en la vida social", ha destacado Ales, quien ha agradecido la "oportunidad" que se les ha dado.
Otra de las internas que participa en "Baloncesto sin límites" es Carmen Hernández, que ha asegurado que, desde que comenzaron las clases, su "comportamiento ha mejorado". "Nos portamos muy bien con las compañeras y estamos muy unidas. Ojalá algún día podamos seguir con este equipo fuera de aquí", ha deseado Hernández, quien ha confesado ser una "gran admiradora de Fernando Romay".
Fuente: Levante - El Mercantil Valenciano
