Lo que no dije el 12M/15M
El sábado pasado comenzaron las protestas de los movimientos ciudadanos que se dieron a conocer o se crearon en la concentración global del 15 de mayo de 2011. De ahí el 12M-15M. Y en Villena, junto a centenares de ciudades dispuestas a lo largo y ancho de nuestro planeta, comenzaron las acciones del llamado Mayo Global. Así se celebró también el primer año de implicación ciudadana en esta democracia que parece limitar nuestra libertad de decisión, de expresión, a un gesto cada cuatro años. Un aniversario que Democracia Real Ya, Toma la Plaza, 15M, Acampada Sol, como el resto de grupos y personas preocupadas por nuestra situación, por el futuro próximo, por la vida más allá de las puertas de nuestras casas, salimos a las calles para mostrar que no tenemos motivos para olvidar las razones que desde hace un año nos han llevado a movilizarnos.
Como el pasado sábado, donde un buen puñado de personas nos reunimos a media tarde en Villena para iniciar una manifestación que recorriera la principal avenida de nuestra ciudad mostrando nuestro descontento, exhibiendo ante nuestros vecinos y vecinas nuestras razones con cantos, gritos y pancartas. Tomando la Plaza de Santiago (del Ayuntamiento), para leer en voz alta nuestro manifiesto; para que sonara en Villena al tiempo que en esos cientos de ciudades de más de ochenta países. Y como en cada uno de los encuentros públicos que se han ido realizando a lo largo de este largo año, se abrió un micrófono para que cualquiera pudiera lanzar su propuesta, su queja, su preocupación.
Y esa razón de estas líneas, las que pretenden sacar a la luz aquello que por cualquier motivo yo no pude hacer sonar el pasado sábado (seguro que como unas cuantas de ustedes, queridas personas, por precaución, vergüenza, desilusión, apatía ). Pero antes de exponerles esas palabras que todavía rondan entre mi cabeza y mi garganta, debo mostrar mi agradecimiento a todas esas personas, para empezar y sobre todo a las de Villena, porque durante todo este tiempo se han reunido periódicamente movidas por sus convicciones, alimentando así este movimiento solidario, pacífico, apolítico y asindical. Porque se han preocupado por continuar informadas y de informarnos al resto, de facilitarnos mediante vídeos, documentales, folletos, libros, actividades, conferencias, las opiniones críticas que reputadas voces presentan desde cualquier punto del globo. Porque han mantenido un contacto permanente con el resto de nodos, grupos de toda España, pertenecientes al movimiento, y han escuchado, analizado y valorado sus propuestas. Porque han invertido su tiempo, sus recursos y su dinero. Porque organizaron la manifestación del pasado sábado en nuestra ciudad no sólo con el aliento de unas convicciones personales, sino con la esperanza de que exista una conciencia, una necesidad, compartida (donde cada cual puede poner sus matices), que debe hacerse patente. Gracias por estar ahí y facilitarnos esa modesta vía donde poder ser partícipes.
De modo que, supongamos que estamos en la Plaza de Santiago el pasado 12-M, poco antes de que Chispes hiciera sonar Labordeta o Evaristo, poco antes de que los arcabuces tronaran dando la bienvenida a la Mahoma. La manifestación ha terminado, descansan en el suelo pancartas que exigen que bancos y clase política no nos tomen como mercancía, que no nos estafen diciéndonos que es una crisis, que no nos recorten nuestros derechos, que nos dejen vivir, opinar, decidir tal y como establece una constitución democrática. Oswaldo ofrece el micrófono para que quien lo desee tome la palabra
E imagino que soy yo el que me levanto y sujeto el micro, os miro a los ojos, estáis ahí, delante, a los lados. Yo aquí, plantado. Intento ordenar mis ideas. No son nada del otro mundo. Pero quiero compartirlas con ustedes:
Os miro, me miro a vuestro lado, como si me viera desde arriba, desde las nubes. Uno más en este pequeño grupo que hemos formado. También desde allá arriba puedo ver otros pequeños y grandes grupos formando manchitas oscuras sobre el asfalto de otras muchas ciudades. Pero a ustedes les puedo ver mejor, más cerca. Veo vuestros ojos, vuestras caras y de alguna forma voy poniendo rostro a las cifras. No somos cuatrocientas cabezas circulando por una avenida, reunidas en una plaza. Ni somos ya cinco millones de personas desempleadas, ni somos ya un millón de familias sin recursos, ni somos ya bolsillos que aportar de una u otra forma dinero a las arcas municipales o estatales. Veo a Pepe, a Carmen, a Juan, a Inma. Os veo. Y me alegro de estar aquí a vuestro lado.
Me reconforta pensar que si puedo reconoceros, puedo tener la esperanza de que quienes (no) nos representan podrán ver que no somos cifras, que somos personas. Esperanza de que puedan entender que sus problemas también son nuestros problemas y que el modo de darles solución debe pasar por un acuerdo común. Me gusta vernos aquí (y allí, y allá) diciendo de algún modo: venimos a colaborar para salir de esta situación, tenemos voluntad de sacrificio, de esfuerzo. No somos el problema. Pero lo seremos si vuestras decisiones nos tratan como a números en frías ecuaciones. Porque a ustedes les elegimos para representarnos, para protegernos, para crear un futuro común. Y eso es algo entre ustedes y esta masa nuestra con nombres y apellidos. Esta masa que ya no puede olvidar manipulaciones, corrupción y mentiras. Esta masa con nombres y apellidos dispuesta a arrimar el hombro a cambio de honestidad y fidelidad. Esta masa heterogénea en ideologías, creencias, ideales, que de forma clara y concreta sólo exige el cumplimiento fiel y real de las normas establecidas. Basta de condescendencia, paternalismo y engaños. Mientras tanto, no queda más que rebelarse contra quienes o no te dejan pelear de forma consciente, y contra quien te toma por idiota.