Vida de perros

Lo que no es necesario

Piensen queridas personas en todo aquello que a lo largo de nuestras vidas descubrimos que no es necesario. Objetos y utensilios con los que completamos nuestras maletas cuando salimos de vacaciones. Cosas que año tras años insistimos en meter en nuestro excedido equipaje. Un libro, o una máquina para quitar las bolas de los jerséis, unas zapatillas de footing o un rayador de queso. Sea lo que sea, nos digan lo que nos digan, reconozcamos que nos hace falta tiempo, nos hace falta tropezar dos y tres veces, para asumir que esas cosas no nos son necesarias. Reconozcamos entonces que si continuamos año tras año evitando prescindir de tales objetos es por una cuestión de previsión, de decoro. Porque sabemos que muchas veces “lo que no es necesario” lo es en realidad porque lo contamos como necesario.
Aguas de Valencia por ejemplo considera que no es necesario avisar al vecindario de las Cruces de su intervención en la calle Vereda (como en cualquier otro barrio en cualquier otro momento). Con la cara lavada con el agua fría de la botella que guardamos en el frigorífico, a las nueve de la mañana del martes increpo a un operario que me dice que si han cortado el agua es porque se trata de una operación de urgencia. Por tal motivo han cortado el agua a todas las calles adyacentes a la calle Vereda desde primera hora de la mañana. Y no importa que yo le haga notar que el lugar donde hoy martes trabaja la excavadora está acordonado desde el lunes a medio día –veinte horas como mínimo–. Porque él me dice que presente una reclamación en las oficinas y santas pascuas. Al contrario de lo que ocurría con Viarsa, parece que a Aguas de Valencia no le parecen necesarias las explicaciones a quienes realmente generan sus beneficios.

Claro que siguiendo con el tema de lo que no creemos necesario y viendo lo que ocurre con las mociones aprobadas en los Plenos Municipales nos puede dar por pensar que no es necesario presentar mociones (y no sean bordes, no me digan que eso es casi lo que viene haciendo el PSOE de Villena). No es necesario que trabajen los grupos políticos si el trabajo no sirve para nada. De hecho, visto así, en ocasiones nos resultarán incluso desconcertantes muchas de las intervenciones del grupo Verde. Porque en lugar de abandonarse frente a la fría adversidad continúa centrado en la inexorable marcha de la ciudad. De hecho, en ocasiones, nos resultan incluso lejanos los problemas reconocidos de nuestra ciudad: las vías (cómo me acordé de Villena tras la tragedia de Castelldefels), la basura, el agua, la droga, la juventud, el paro, la cultura…

Quizás en ese desestimar lo “no necesario” nos encontramos con una fórmula de juego político en la que lo que no es necesario es celebrar un Pleno Municipal, no es necesario si no sirve de nada, no es necesario si las decisiones que adopta no son determinantes. ¿Para qué jugar a cara o cruz si al salir cara hacemos lo que yo quiero, y al salir cruz no hacemos lo que tú quieres?

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