Los borregos
Una de las ventajas que tiene que en Villena tengamos ahora dos televisiones del pueblo es que una, lo quiera o no lo quiera, acaba enterándose de casi todo lo que ocurre. Son tantas las veces que repiten los plenos y las conferencias de los concejales que el otro día me sorprendía repitiendo al dedillo lo que Rosario Belda dijo del plan ese de turismo que se aprobó. O lo peor, que casi me aprendo de memoria una de las ruedas de prensa que dio Ágredas sobre el parking. Eso sí que son ruedas de prensa. Las cojas por donde las cojas da igual: al final no sabes exactamente de qué estaba hablando este señor.
Pero de lo que yo quería hablar no era de las teles, que si se me ocurre algo interesante ya lo contaré algún día; de lo que quería hablar era del Pleno del Parking, el del día de los Santos Inocentes. Sé que ya ha pasado un poco de tiempo y a lo mejor no vale la pena remover el fango, pero es que no me lo quito de la cabeza. Lo primero que me viene a la cabeza es que las teles no sacaron la realidad. Porque después de dos días mareando la cabeza por todo el pueblo, con los altavoces encima del coche, una ya no sabía si no querían el parking o vendían arrope, calabazate, miel de romero o mantelerías. Al final, como dijo el periódico, no fueron más de doscientas personas. A los organizadores del parking-no habría que despedirlos, porque vaya éxito. Más vale que hubieran citado a la gente de uno en uno; hubieran tardado menos de dos días y nos hubieran ahorrado a los demás un dolor de cabeza.
Pero luego en el ayuntamiento, por lo que he visto que han sacado en la tele, se comportaron como borregos. Así de claro, como borregos. Porque una cosa es que no estés de acuerdo con que hagan el parking, o que no estés de acuerdo con que lo hagan los concejales de ahora, y prefieras que lo hagan los otros. Hasta ahí vale. Pero otra cosa bien diferente es que no dejes hablar, y lo que hicieron en el pleno los que están en contra del parking fue no dejar hablar a los que no piensan como ellos. Esta manera de comportarse en público seguramente tendrá otra forma más fina de llamarse, pero para mí se comportaron como borregos. Porque está bien que cada uno tenga sus razones, y también está bien quejarse de lo que hacen los políticos, pero hay que guardar las formas. Porque si perdemos las formas perdemos el respeto, y si perdemos el respeto por los demás, nos exponemos a que los demás nos lo pierdan a nosotros y ¡ya está el lío! Aquí no hay quien se entienda, que fue lo que ocurrió al final, que de tanto grito, de tanta palabrota, de tanto incordiar, al final no dejaron que escucháramos a las dos partes. Así que de momento, por mi parte, los que tienen razón fueron los que no chillaron, los que no insultaron y no jalearon al público para que lo hiciera. El resto se comportó como borregos, y los borregos van en rebaño a donde dicen y les dejan el pastor y su perro, sea bueno o sea malo.
Por muy respetables que sean las quejas de los que no están de acuerdo con el parking, las veces que han salido en la tele no se han comportado como personas, porque con los gritos y con los insultos no se llega a ningún sitio. Y no pongo en duda que tengan sus propias ideas, pero hasta la fecha, como las dicen chillando, dudo mucho que la gente las entienda o que ni siquiera las escuche.