Los libros sobre cómics que se bifurcan
Abandonad toda esperanza, salmo 694º
Con esto de los cursos -porque en este 2019/2020 tan extraño que nos ha tocado vivir llevo, entre impartidos y recibidos, como seis o siete- se me habían acumulado en la mesa del despacho varios libros teóricos sobre cómic que quería recomendarles. Y eso que hasta hace unos pocos años, como ya les comenté en cierta ocasión, el terreno de la bibliografía histórica y crítica sobre la narrativa gráfica era prácticamente un erial; pero en cambio, y podemos decir que afortunadamente por todo lo que eso significa, a la hora de redactar esta columna he tenido que hacer selección de cuatro títulos y dejar como mínimo otros tantos para mejor ocasión. Eso sí: vaya por delante que cada una de las lecturas que les propongo se bifurca, como los senderos del cuento de Borges, en varias docenas de lecturas más; así que busquen tiempo libre y preparen la cartera. Les aseguro, por otro lado, que valdrá la pena.
Aunque a un profesor que como servidor está a un par de semanas o tres de entrar en temporada de descanso -espero que ustedes sean de los que saben que eso de los tres meses de vacaciones en verano es un mito y una falacia como una casa de grande- lo último que debería apetecerle es andar pensando en aplicaciones didácticas o cualquier otro tipo de actividad docente, no puedo dejar de recomendarles encarecidamente el espléndido -y utilísimo para los profesores, sobre todo los de Historia- Memoria y viñetas, el volumen que ha coordinado David F. de Arriba, que se ha publicado tras una exitosa campaña de micromecenazgo, y cuyo subtítulo (“La memoria histórica en el aula a través del cómic”) explicita sin ningún atisbo de ambigüedad la naturaleza de su propuesta. En efecto, y tras varios textos introductorios sobre cuestiones como la historia o el lenguaje del cómic -que pueden resultar de gran utilidad, sobre todo para el lector profano- se centra en trece obras ambientadas en el período histórico que abarca de 1931 a 1982 y que resultan susceptibles de emplearse en el aula como herramienta didáctica; de ahí la inclusión de un gran número de baterías de actividades y hasta de códigos QR con los que acceder a diverso material multimedia seleccionado ex profeso.
¿Y cuáles son estas trece obras en cuestión? Pues El arte de volar y El ala rota de Antonio Altarriba y Kim (el primero se encarga también del prólogo del volumen y es entrevistado para la ocasión), Dr. Uriel de Sento, Las guerras silenciosas y Jamás tendré 20 años de Jaime Martín, Cuerda de presas de Jorge García y Fidel Martínez, Los surcos del azar de Paco Roca, Esperaré siempre tu regreso de Jordi Peidro, Miguel Núñez. Mil vidas más de Alfonso López, Pepe Gálvez y Joan Mundet, Paracuellos y España. Una, grande y libre de Carlos Giménez, Estamos todas bien de Ana Penyas y El Violeta de Marina Cochet, Juan Sepúlveda y Antonio Santos. Se añade también un anexo con medio centenar más de títulos ambientados en otros períodos históricos que termina por redondear una interesantísima aportación a la bibliografía sobre cómic que no merece pasar desapercibida.
También se centra en la relación de la historieta y la memoria histórica, pero en la de nuestros hermanos de lengua al otro lado del charco, otro volumen colectivo que puede verse y emplearse como complemento del anterior: se trata de Cómics y memoria en América Latina, coordinado por Jorge L. Catalá Carrasco, Paulo Drinot y James Scorer. Al contrario que el volumen previo, este resulta más teórico que práctico, pero no carece de interés al acercarse desde diversos puntos de vista al cómic de países como Cuba, Argentina, Nicaragua, Perú, Chile y Brasil (sí, se incluye este último a pesar de la diferencia lingüística) y a figuras y obras tan fundamentales como el desaparecido Héctor Germán Oesterheld o la Mafalda de Quino. La propuesta resulta una relevante cala más en el estudio serio de la historieta y su relación con el devenir histórico que la ha acogido.
Hablar de libros sobre cómic y no mencionar un título de la imprescindible colección Grafikalismos es un imposible desde que el coordinador de la misma, José Manuel Trabado Cabado, impulsara este proyecto desde el Servicio de Publicaciones de la Universidad de León. Es precisamente Trabado quien coordina tanto el Grupo de Estudios sobre Cómic y Narración Gráfica de esta institución como el reciente volumen Género y conciencia autoral en el cómic español (1970-2018), en el que él y otros once estudiosos se aproximan a este cambio de paradigma en la historia del tebeo nacional y a otros tantos autores fundamentales para el mismo. Tomen nota de los artistas cuya obra se ve escrutada: Alfonso Font, Carlos Giménez, Max, Miguelanxo Prado, Laura Pérez Vernetti, Federico del Barrio, Miguel Gallardo, Paco Roca, Luis Durán, Emma Ríos y David Rubín. Menuda nómina autoral, oigan, y de quienes se analizan obras como Historias negras de Font, 36-39: Malos tiempos de Giménez, Trazo de tiza de Prado, Pessoa & Cía de Pérez Vernetti, Leon Doderlin de Del Barrio, María y yo de Gallardo, La casa de Roca, Antoine de las tormentas de Durán, I.D. de Ríos o El héroe de Rubín, por citar solo algunos títulos. Un gozoso no parar, pues, que descubrirán a poco que ojeen este volumen de más de cuatrocientas páginas profusamente ilustrado.
Tiene un mayor carácter divulgativo que los anteriores -aunque como obra de consulta resulta también de lo más valida- Cómics de los 80, el recorrido que Manu González dedica a una de las épocas de mayor esplendor, si no la que más, de la historia del noveno arte. Subtitulada precisamente “La década que lo cambió todo”, el autor propone tras una introducción general sobre el cómic de esa década más de cien títulos dispuestos en orden alfabético, del Adolf de Osamu Tezuka al Zot! de Scott McCloud. La variedad del gusto del autor y la riqueza que proporciona el material de estudio es innegable: por sus páginas repletas de personajes de best sellers (y long sellers) como Corto Maltés, Dylan Dog o Son Goku, además de varios superhéroes y demás fauna justiciera, se pasean también detectives tan particulares como la travesti de Nazario o el enmascarado de Charles Burns, y animales tan aguerridos como el bárbaro cerdo hormiguero de Dave Sim, el conejo samurái de Stan Sakai o las tortugas ninja de Peter Laird y Kevin Eastman. Por no faltar diversidad no falta ni la sexual, pues los gays de Ralf König y las lesbianas (de cuidado) de Alison Bechdel casi se cruzan con las casquivanas féminas heterosexuales (salvo algún puntual desliz sáfico) de Milo Manara.
Obviamente, no procede mencionar todas las obras comentadas en este ensayo; por lo cual me tomo la libertad de, a partir de la selección de González, proponerles un Top 10 particular de esos que tanto me gustan a mí y que espero les agraden también a ustedes. Ahí va mi álbum recopilatorio de los ochenta, ordenado también alfabéticamente: Animal Man de Grant Morrison y Chas Truog, Batman: El regreso del caballero oscuro de Frank Miller, Calvin & Hobbes de Bill Watterson, La Cosa del Pantano de Alan Moore et alii, Elektra: Asesina de Frank Miller y Bill Sienkiewicz, Locas de Jaime Hernandez, Maus de Art Spiegelman, Sandman: Preludios y nocturnos de Neil Gaiman et alii, Superlópez: La caja de Pandora de Jan y Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons. Una selección muy ajustada pero que, perfectamente, podría tener otros diez integrantes distintos en otra época de mi vida. Y es que, en efecto, los ochenta -tan olvidables en otros ámbitos artísticos y estéticos- fue una era tan gloriosa para el cómic como la presente está resultando ser para la publicación de estudios sobre el medio.
Memoria y viñetas, Cómics y memoria en América Latina, Género y conciencia autoral en el cómic español (1970-2018) y Cómics de los 80 están editados por Desfiladero, Cátedra, Eolas / Universidad de León y Redbook respectivamente.