Los renglones torcidos de Dios
Quisiera comenzar este artículo expresando el máximo respeto por todas las religiones, confesiones y creencias que ayudan con su fe a que los seres humanos seamos mejores cada día. Por supuesto que incluyo al Islam en esta relación, pues garbanzos negros los hay hasta en este periódico y conocemos de buena tinta lo que el cristianismo ha supuesto para la historia de la humanidad, lo bueno y lo malo. Aunque ni lo uno ni lo otro hayan terminado por completo, al menos podemos afirmar que actualmente nadie mata en nombre de Jesucristo y que pocos son los que mueren.
Pocas veces hemos reparado en el daño que los hombres han causado a los hombres en nombre de Dios a lo largo de los siglos y los sucesos de estos días me hacen recapacitar. En el diario independiente de la mañana del anticlerical Polanco, es frecuente hallar viñetas ofensivas para la Iglesia. Recuerdo una que representaba un crucifijo asándose dentro de un horno, otra que culpaba al Vaticano de los millones de seres que mueren a causa del SIDA, o la que bromeaba sobre las relaciones homosexuales entre curas y monaguillos. Ante esto un católico puede sentir indeferencia o asco, puede decidir no comprar ese diario jamás, escribir una Carta al Director o como mucho atreverse a pensar, ciego de ira, que si los hijos de puta volaran hay quien tendría su despacho en la última capa de la atmósfera. Pero entre estos dos extremos, ambos inclusive, nadie pedirá el cierre del periódico, ni la cabeza del director, ni asaltará embajadas, ni asesinará a anticlericales. Por descontado es que cuando estos ataques se han producido desde los rotativos, emisoras y demás, el presidente del Gobierno jamás ha redactado manifiestos de adhesión al ofendido. Que ZP confunde laicismo con anticatolicismo es fácilmente constatable a la vista del trato dispar que dispensa a las diversas religiones que conviven en España (con perdón). Tampoco hay que olvidar que también es bien distinto lo que ha recibido de unas y de otras.
La alianza de civilizaciones que pretende ZP, además de ser una entelequia, es la incongruencia de quien no es capaz de poner paz en los reinos de taifas y pretende aunar los entendimientos entre quienes respetamos las leyes y los derechos humanos y otros que andan algo desorientados al respecto. ¿Es de recibo que un líder espiritual convoque al asesinato y al ajuste de cuentas por un chiste? ¿Se imaginan al Papa convocando la Cruzada? Y lo grave es que si muchos son los llamados, muchos son también los elegidos. Cuando escribo esto vamos por veinte asesinatos impunes así como cientos de desmanes, rapiñas y saqueos. No parece que ni Dios ni los profetas hayan dictado todo esto. El Islam guarda un gran parecido con el Cristianismo, que Dios también escribe con renglones torcidos en ocasiones.
En Granada se ha edificado recientemente en suelo cedido por la administración una mezquita entre la Iglesia del Salvador y el convento de las Tomasas, en pleno enclave católico de la ciudad. Lo grave es que las mujeres han de entrar aparte por una pequeña puerta lateral, lo que a mí me suena a discriminación por razón del sexo. Bueno, tampoco hay que rasgarse las vestiduras pues nuestra propia Constitución también peca levemente en este detalle sin importancia. Por esa regla de tres, ¿se aceptan en España (con perdón) las prácticas de ablación del clítoris? ¿Ceden los países islámicos suelo público para la construcción de iglesias? ¿Le sucederá a ZP lo que al infeliz maestro que trató de enseñar a hablar a un asno?