Historia

Los restos de fauna del yacimiento romano de Casas del Campo, a Valencia para su estudio

La investigación será efectuada por dos eminentes zooarqueólogos del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación de Valencia

Las excavaciones arqueológicas efectuadas en la villa romana de Casas del Campo durante más de una década han puesto al descubierto hallazgos relacionados con la higiene personal, el abastecimiento del agua, las viviendas y los vertidos.

A pesar del estado de arrasamiento de los vestigios, ocasionado por el arado, se conservan las cimentaciones y estructuras excavadas en la capa de suelo más antigua, un estrato de arenas fosilizadas, muy duro, ubicado por debajo de la tierra de cultivo actual, en el que los romanos anclaban las edificaciones y excavaban fosas para verter los desechos orgánicos y los escombros.

En uno de los sondeos excavados en 2017, localizamos una cavidad ovalada, de 3'60 x 3'40 m, con gran cantidad de restos de fauna, predominantemente equinos, en su interior. La dificultad de extracción y documentación de los paquetes óseos prolongó los trabajos hasta la campaña de 2019.

La singularidad del descubrimiento y la conveniencia de impulsar la investigación ha motivado que la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villena apoye y financie un estudio especializado de la fauna, en el marco de un proyecto iniciado en 2006 por el Museo sobre el poblamiento antiguo en los valles de Villena.
La investigación será efectuada por dos eminentes zooarqueólogos del Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación de Valencia: Pilar Iborra Eres y Rafael Martinez Valle.

Tras la resolución favorable del estudio y el traslado de los materiales, por parte de la Dirección Territorial de Educación, Cultura y Deportes de Alicante, el pasado jueves transportamos los restos óseos desde la cámara de arqueología del museo, hasta el Instituto Valenciano. Además, finalmente, también incluimos en el traslado un conjunto de huesos de un equino que encontramos en el interior de un pozo a escasos metros del baño romano.

La investigación se desarrollará en dos fases:

1.- Limpieza y tratamiento conservativo. Identificación taxonómica, cuantificación de restos, caracterización de la edad y el sexo de las especies identificadas, estudio de las marcas tafonómicas sobre los restos (antrópicas y fosildiagenéticas), biometría de los restos óseos, selección de material para diferentes analíticas (dieta, traceología, etc).

2.- Análisis SEM (con microscópio electrónico de barrido) de denticiones de équidos para cementocronología y traceología funcional, datación C14, análisis de isótopos Carbono, Nitrógeno y de Estroncio para determinar alimentación y movilidad.

De este modo podremos saber las clases de animales que se depositaron en la fosa, su naturaleza doméstica o salvaje (especialmente los equinos), de dónde proceden, qué función desempeñaban en el asentamiento romano, qué comían, qué enfermedades tenían, la edad de su muerte, el paisaje de la zona, los cultivos, etc. Sin lugar a dudas, esta iniciativa supondrá un gran avance en el conocimiento del poblamiento romano en nuestro territorio.

Por: Luz Pérez Amorós. Técnica de la Sección de Arqueología

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