Los últimos del Banco Hispano Americano
Descanse en paz Antonio De Ves, y Dios guarde muchos años a Obsequio García y a Puche, “los últimos de Filipinas”
Nacimos en una época en la que muchos trabajadores iniciaban y finalizaban su vida laboral en la misma empresa. De ahí que tal y como es costumbre en Villena, todavía es frecuente leer en las esquelas “Fulano o fulana de tal, el que trabajaba en…”.
Este fin de semana falleció Antonio De Ves, uno de los últimos compañeros de mi padre en el Banco Hispano Americano, banco que tras sucesivas fusiones pasó a ser Central Hispano, para ser hoy el Banco de Santander. En Villena había dos grandes Bancos, el Español de Crédito y el Hispano Americano, y una Caja de Ahorros.
Los sucesivos Directores de estas entidades, ambas sitas muy cerca del Paseo Chapí y la estación del ferrocarril, residían con sus familias arriba del Banco, en enormes pisos con altos techos, grandes salones y calefacción central, todo un lujo para la época. Debajo de los bancos, blindadas salas que albergaban sus cajas fuertes.
El Alcalde; el Juez; el Notario; el Recaudador; los Curas de las Parroquias; el Director de Los Salesianos; Las Superioras de Las Carmelitas, Paulas, Asilo y Trinitarias; los Directores y Directoras de los Colegios Públicos e Instituto de Enseñanzas Medias; los Profesores y Profesoras; el Comandante de Puesto de la Guardia Civil; las/los Médicos; los Directores de estos dos Bancos y de la Caja recibían en la ciudad el trato de Doña o de Don.
Años en el banco de sumar a mano, sin calculadoras ni ordenadores; tan solo se escuchaba el tableteo de las máquinas de escribir. De pluriempleo por las tardes, llevando contabilidades de las muchas empresas que nacían aquellos (fabricación de calzado y marroquinería; comercios…).
Qué decir de la política social que aplicaban aquellas entidades financieras para con sus empleados y familias: becas para los hijos, condicionadas al buen resultado del curso; residencias de verano…
Recuerdo alguno de aquellos viajes de domingo o festivo veraniego, en autobús a la playa de San Juan, con los capazos y sin nevera, ya que la bebida se consumía de los chiringuitos, cuyas sombras de cañizo acogían a aquellas familias de bancarios, privilegiadas para la época.
Por aquella puerta giratoria del edificio recientemente convertido en clínica dental fueron saliendo Santana, Serer, Ricardo Guillén, Heriberto Hernández, Giner, Antonio García, Juan Cantero, Pastor, Albert, Paco Zapater, Ibáñez, González, Rafael López, Lorenzo Hernández, Pérez, Beneito padre e hijo, Ferriz padre e hijo…
De los directores fallecidos recuerdo al extremeño Felipe Bermejo Mirón, cuyos hijos Luis Felipe y Merche fueron amigos míos. Y a María la “Chacha”, también extremeña.
Descanse en paz Antonio De Ves y mi más sentido pésame a su Familia.
Dios guarde muchos años a Obsequio García y a Puche, “los últimos de Filipinas”.
Por: Joaquín Marco Amorós
¡Perdón!. También Tendero, Padre e Hijo…
Antonio Soler
López, cuñado de Ricardo Guillén, quien falleció muy joven.
Joaquín, me has recordado una época conmemorativa. Tengo la suerte de haber compartido esas vivencias y, aunque algo más joven, ser contemporáneo de «los últimos de Filipinas «. Alguno debe faltar en esa lista de empleados del Hispano…
Y Luis López Estevan, eftivamente. Y Pascual Muñoz, padre e hijo, y Octavio Samper «el Pinche»,. y Eduardo Albert Cerdá…..
Agradecido a todos por no dejar a ninguno fuera del Homenaje.
Aniceto Samper, hermano de Octavio, también «Pinche y Carlos Botella…
Salvador López Molina y sus hijos.
Cinco años en Villena y en esa casa.