¿Cómo están ustedes?

Más que el landismo

Afortunadamente Alfredo Landa fue mucho más que el landismo. Incluso para algunos críticos –aquí una paradoja– el peor Landa, o acaso el menos bueno, es el Landa del landismo. El landismo es fenómeno que se estudia en las facultades de Sociología y aunque la RAE no reconoce el término, éste vendría a significar un género cinematográfico cómico, cargado de un erotismo de baja intensidad y mucha lencería, más calientabraguetas que sensual, muy deudo de los entretenimientos, guiños y roces pícaros de la revista teatral. Muy a lo Teatro Chino de Antonio Encinas. Esa troupe que con curiosidad adolescente veíamos llegar al Chapí por temporadas. Los autobuses y camiones, con el nombre de la compañía, aparcaban en la placeta de la calle San Francisco.

Cuando el landismo, eran los tiempos de Alfredo Sánchez Bella que había sustituido a Fraga Iribarne en el Ministerio de Información y Turismo fortaleciendo la presencia del Opus Dei en el gobierno español y frenando la línea más liberal de la época Fraga. Luis Alonso Tejada lo apunta en un libro que recomendamos: "La represión sexual en la España de Franco" (Caralt, 1977). El autor realiza un análisis crítico del periodo y sobre Landa y el landismo escribe: "En este actor, que externamente da bien la imagen del español medio, se pretendió plasmar también los rasgos supuestamente típicos del celtíbero reprimido, modelo en el que según dicen, nos hemos visto representados la mayoría de los varones hispanos. El erotismo de Landa es puramente voyeurista. Sólo tiene ojos. 'Verás pero no catarás', es la eterna moraleja de sus actuaciones. Sus películas, [...] pese a algunas libertades eróticas muy superficiales, constituyen en el fondo una defensa de la moral sexual tradicional y una apología del matrimonio." Alonso Tejada considera que el español medio que se percibe en el landismo no se corresponde con el español de los primeros setenta; sí, acaso, con una realidad social de una década anterior. Esto sin dejar de analizar, coincidiendo con los años del landismo, otro fenómeno sociológico digno de estudio: El de las "peregrinaciones" al extranjero, principalmente a Francia, para ver películas sicalípticas.

Santuario de cines-santuario de esta peregrinación fue Perpiñán donde se ofrecían sesiones ininterrumpidas en las que, según Alonso Tejada, algunos llegaban a soportar hasta diez horas seguidas de proyección. Cuando en 1973 "El último tango en París" de Bernardo Bertolucci, ciento once mil personas entre enero y junio vieron la película en Perpiñán.

Afortunadamente hay un Alfredo Landa, un magnífico actor, antes y después del landismo. En muchas ocasiones un actorazo: "Atraco a las tres", "El crack", "La marrana", "Los Santos Inocentes", "Las verdes praderas", "El Quijote de Miguel de Cervantes", "Cateto a babor"... De la época de "Cateto a babor", unos cuatro años antes, hay una película en la que Landa es secundario pero que no se me olvida porque lloré muchísimo. Autorizada para menores, yo era pequeño y la vi, creo que en el cine Avenida, con mi hermana Conchi. La película se titula "Los guardiamarinas", de Pedro Lazaga, y aquella dichosa escena de las maniobras durante la Semana Naval de Barcelona, el caballero guardiamarina Enrique Andrade, interpretado por Pepe Rubio... Repasando el reparto de esta película, me parece un in memoriam de un cine patrio, particular y digno que, yéndosenos sus protagonistas, definitivamente se nos pierde: Alberto de Mendoza, Pepe Rubio, José Luis López Vázquez, Alfredo Landa, Andrés Mejuto...

Quédese el landismo para definir un género peculiar en la historia del cine español, pero no para identificar a un actor que aunque le dio nombre fue, antes y después del landismo, más que landismo. Mucho más. Afortunadamente.

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