Mascarillas agotadas por el coronavirus: la psicosis colectiva
Varias farmacias de Villena se han quedado sin mascarillas, perjudicando a quienes de verdad las necesitan
Esta mañana mi madre me ha pedido que comprase unas mascarillas para mi padre, al que están haciendo un trasplante de médula en el hospital de la Fe de Valencia, y necesita llevarlas durante 6 meses después de la intervención. La razón es que los trasplantados se quedan sin defensas y cualquier bacteria o virus que cojan puede afectar a su correcta recuperación y podría provocar complicaciones en el proceso de asimilar la nueva médula. En el hospital sí disponen de las imprescindibles durante el tiempo que dura la intervención, pero al salir, corren a cuenta individual del paciente y no las cubre la Seguridad Social.
Entonces me he puesto a llamar a bastantes farmacias de Villena, mi localidad, y les he planteado la razón por la que quería adquirir algunas. Desde varios de estos establecimientos me han informado de que, desafortunadamente, se habían quedado sin ellas porque la psicosis colectiva por el coronavirus había motivado a la población a hacer acopio de estas como si se tratase de un método infalible para protegerse del virus. En una de estas farmacias me han comentado que habían hecho otro nuevo pedido al precio más económico posible y que se había duplicado su coste en solo una semana. Para que se hagan una idea he tenido que reservar unas pocas a un precio de 7,5 € la unidad.
Esto me ha indignado bastante, especialmente porque las personas sanas sin necesidad de llevar ninguna mascarilla las están adquiriendo, pese a no encontrarse en ninguna zona de riesgo, ni de posible transmisión del virus, mientras que las personas que realmente las necesitan por motivos de salud, sobre todo problemas respiratorios u oncológicos, carecen de ellas o se ven obligadas a pagarlas a unas cantidades de dinero desorbitadas. Esto no solo afecta al bolsillo de los pacientes necesitados, sino también también a la Seguridad Social, que tiene que adquirirlas para abastecer los hospitales y los equipos sanitarios a un precio mucho mayor del habitual.
Además, los especialistas sanitarios han informado por activa y por pasiva de varias cuestiones:
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Pese a que el coronavirus se expande más rápidamente, no es más mortífero que la gripe común y las personas que fallecen a causa de este son aquellas que cuentan con patologías previas y no tienen defensas suficientes para hacerle frente. Las personas sanas se recuperan con medicamentos y un seguimiento médico.
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El aislamiento se realiza para evitar nuevos contagios, no porque esta gripe sea más mortífera que la habitual.
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Por último, las autoridades sanitarias están haciendo un seguimiento minucioso de las personas infectadas y otras que hayan estado en contacto con ellas para evitar la propagación del virus.
Desde mi punto de vista, como sigamos así y no paremos esta ola de alarmismo exagerado, se va a crear un grave peligro de desabastecimiento para los hospitales y los enfermos que las necesitan y esto sí que puede provocar un problema sanitario real y el aumento de fallecidos con patologías previas.
Ya saben, adquieran las mascarillas solo si realmente las necesitan. Y ante sospecha de infección por coronavirus llamen al 112. Muchas personas se lo agradecerán.
Por: Laura Valdés Cerdán