Historia

Mauro Hernández asegura que el Cabezo Redondo ya fue estudiado en el siglo XIX

El catedrático de Prehistoria y director de las excavaciones arqueológicas del yacimiento villenense, informó ayer sobre el hallazgo de dos monedas cuñadas en el año 1870 que, según él, significaría que en el siglo XIX ya algunas personas se interesaron por los “posibles tesoros” que podía albergar aquel poblado de más de 2000 años de antigüedad.
Hernández aseguraba que este yacimiento no empezó a considerarse excepcional en los años 50 del siglo XX, cuando José María Soler lo descubrió, sino que alguien se dio cuenta de su valor hace ya dos siglos. El arqueólogo basa esta teoría en que en la campaña de excavaciones de 2007 se ha encontrado un agujero en un muro del poblado “de una actuación clandestina”, que seguramente se realizaría a finales del siglo XIX y en la que han hallado dos monedas de 1870 que se le habrían perdido a quien hizo dicho orificio. En este momento el Museo Arqueológico Provincial de Alicante, MARQ, está limpiando ambas monedas, que podrán ser vistas durante las Jornadas de Puertas Abiertas del Cabezo Redondo que tendrán lugar este fin de semana.

Aunque al parecer este yacimiento nunca sufrió grandes destrozos, ni fue violentado –salvo cuando se abrieron las canteras de cal para fabricar yeso–, el equipo que realiza las excavaciones había detectado varios agujeros (de entre 0’80 y 1 metro de diámetro y con una profundidad variable) que no sabían si se correspondía con la plantación de algarrobos que se efectuó, probablemente en el siglo XIX. Para Mauro Hernández, el descubrimiento de estas dos monedas vendría a demostrar que estas aberturas también se practicaron para buscar restos del poblado y que las gentes de aquella época eran conscientes del interés del yacimiento.

Esta teoría encajaría muy bien con las noticias aparecidas en la prensa de que hacía 1870 vino a Villena el más importante arqueólogo que hubo en España en la segunda mitad del XIX, Juan Vilanova y Piera, y estuvo en el Cabezo Redondo. Mauro Hernández se ha planteado que tal vez aquel investigador intentó excavar en el Cabezo y fue él quien perdió las dos monedas. Por este motivo está comprobando el año en que vino a la ciudad Vilanova y Piera para confirmar su hipótesis de que este agujero fue producto de una cata efectuada por aquel importante arqueólogo –que fue quien aseguró la autenticidad de las pinturas de la cueva de Altamira–.

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