Muerte al natural
Algunos eufemismos tienen gracia porque es tan natural que uno muera por paro cardiaco o por una cornada en el centro del corazón, como le sucedió al pobre Yiyo. Hay quien llama, sin sonrojo, interrupción voluntaria del embarazo al asesinato de un feto para mitigar las connotaciones de tan horrible acto, interrupción de un proceso de vida humana que jamás se podrá reanudar.
La progresía se alza contra aquellos que defendemos a ultranza la vida humana sin demagogia. Esta defensa carece de filiación política, como los valores y como las creencias. Un ser humano que todavía no ha nacido debe tener los mismos derechos que los que ya moramos en este maravilloso Mundo y apenas debería haber razones para que demasiados médicos se prestaran a realizar abortos.
El año pasado se mantuvo el número de en torno a cien mujeres asesinadas por hombres de su entorno y contra esta lacra se han creado leyes para paliar el problema, ayudar a las maltratadas y construir un ambiente hostil para los maltratadores; unas dos mil personas fallecieron en la carretera y nunca han cesado las campañas para mejorar estos dramas, además una y otra causa reciben el merecido apoyo de los medios de comunicación. Todo lo que se haga es poco mientras exista una sola mujer maltratada y un único accidente de tráfico.
Cien mil es la cifra de abortos legales que se realizaron en España el año pasado, la mayoría de ellos amparándose en el supuesto de posibles daños psicológicos de la madre. De esto no se cuenta nada en la tele y a la gravedad de los cien mil asesinatos se añade la desgracia que supone para España perder cada año cien mil nuevos nacimientos que influirían decisivamente en el futuro de nuestra Patria, con perdón. Los demagogos vuelven a rebelarse escandalizados cuando alguien osa emitir en público imágenes de lo que consisten los abortos. ¿No hay una sola televisión en España que ayude a la ciudadanía formar una consciencia contrastada? Si un día mostrasen un punto negro y al día siguiente un aborto, les aseguro que a los promotores de la Ley les iba a cambiar el ceño.
Por eso desde 1985, fecha en que se despenalizó el aborto en España, existe la Red Madre, una red solidaria para apoyar a las mujeres que están embarazadas y carecen de recursos económicos o precisan cualquier otro tipo de ayuda. Una cosa es que a los políticos más o menos izquierdosos les vaya el rollo de ampliar las facilidades para abortar y otra muy diferente es la realidad que induce a una mujer a terminar con la vida de su hijo antes de que nazca. Debe ser muy duro, tanto que ni siquiera soy capaz de imaginarlo y por ello nuestro pensamiento y nuestra ayuda deben centrarse en las madres. A través de la Red Madre, el Foro Español de la Familia está promoviendo Iniciativas Legislativas Populares para que la Administración informe a las mujeres embarazadas con problemas de que pueden encontrar ayuda en esta Red.