Juan Anlló fue uno de los componentes que intervino en la corrida inaugural de la antigua Plaza de Toros de Villena. Su hermano Ricardo también era matador de toros y murió en una plaza de toros a causa de las heridas que le produjo el botellazo que le propinó un espectador. Ambos usaron el apodo de Nacional.
Los independentistas republicanos catalanes están obsesionados por la prohibición de las corridas de toros porque la consideran como la fiesta nacional de España, la que aborrecen. También habrá algunos a los que les importe el posible sufrimiento de los animales, la ecología y demás boquerones en almíbar, pero al grueso de la horda le importa una rebamba todo esto. Lo que no les gusta es la Fiesta Nacional, porque si la integridad de las reses les importase lo más mínimo, no fomentarían como lo hacen los catalanísimos correbous, fiesta para ellos digna de encomio porque es esencialmente catalana.
Más al norte, se puede ver el ejemplo de los aficionados taurinos vascos, que han sabido separar el trigo de la paja, han desvestido de cualquier atisbo de españolidad a sus espectáculos taurinos y a cambio gozan de unas corridas de toros de las más serias de cuantas se ofrecen en el planeta de los toros.
El Plan Hidrológico cuyo proyecto abolió ZP a los cinco minutos de llegar a La Moncloa, era eficaz y solidario, pero tenía dos defectos que fueron insalvables para el simpar leonés: partía del alma de José María Aznar y tenía aspiraciones nacionales. Así, ahora tenemos lo que a nuestro presidente le gusta que haya para alcanzar sus objetivos: tensión y enfrentamiento.
¿Se imaginan a cualquier otro líder europeo confiando a su periodista de cabecera lo que ZP confió a Gabilondo? Ergo, en Castilla la Mancha pretenden considerar como propia el agua de las cuencas ubicadas en esta Taifa, en la Comunidad Valenciana se encabritan por ello y no se atreven con los nacionalistas catalanes, la ojerosa Cospedal afirma una cosa y la contraria según donde lance sus soflamas, los de un bando mandan helicópteros para que espíen a los del otro bando a ZP le está saliendo redonda la jugada.
De la Constitución que aprobaron los españoles de la generación anterior a la nuestra, sólo queda la letra y no hace falta ser un experto para apreciar las graves reformas que ha sufrido la Carta Magna por la vía de los hechos consumados.
Claro que la progresión geométrica se observa desde que existe ZP, pero estos lodos provienen de las chapuzas que pretendieron que los polvos contentaran a todos. Ni siquiera en la transición llovió a gusto de todos, pero todos hicieron como si les gustara y ahora los resentidos emiten sus facturas.
ZP es el número uno pero si algún día pierde las elecciones, ¿su sucesor abolirá la ley de despenalización del aborto? ¿Retomará el plan hidrológico nacional? ¿Ampliará o anulará la Ley de Memoria Histórica? ¿Desvinculará al poder judicial del poder político? ¿Volverá España a tener de nuevo su histórica entidad nacional?
