Nacionalización de la banca
No hay que ser una lumbrera para cansarse de los excesos de la Banca y de la ineficacia de los Gobiernos para evitarlos. Tantas dudas, improvisaciones y afirmaciones sobre el respeto a ese sagrado sector privado, para luego inyectarle dinero público, ya se pasan de claro oscuro. La Banca hay que nacionalizarla, por la sencilla razón que sus beneficios son sólo para ella y sus frivolidades, que generan pérdidas, las tenemos que pagar los ciudadanos de a pie. Contradicción peligrosa y suicida si no presta ayudas a familias y modestos empresarios y recibe dinero público, a bajo interés, multiplicándolo como panes y peces.
Esta consolidada costumbre clama al cielo y provoca indignación. Es injusta, insolidaria, antidemocrática y, si me apuran, hasta anticonstitucional. El dicho de que la Banca nunca pierde se refiere sólo a sus rectores y accionistas mayoritarios, porque sus dejaciones dejan al descubierto el culo de los clientes, razón para que el Estado tenga que responder para cubrir a los estafados. Este feo vicio se ha instalado en España desde hace décadas, no sólo en bancos sino también en Cajas y el pensamiento de estas entidades es claro: nosotros nos forramos y si perdemos beneficios nos rescata el Gobierno, a los clientes que los jodan, que Dios proveerá.
La responsabilidad de esta degenerada situación recae, en primer lugar, en el Banco de España por no utilizar los medios y recursos de que dispone para inspeccionar, prevenir, corregir y sancionar prácticas irregulares de todas las cajas y bancos del país. El pilar económico más importante de España tiene la obligación, legislada y ordenada por el parlamento, de vigilar la legalidad de toda transacción, transferencia, compra, movimiento e inversión que realice toda entidad, y si hay indicios de sospechas iniciar la urgente investigación y, llegado el caso la intervención, vía judicial, por desvío de capitales u operaciones fraudulentas.
No vale la excusa de que el BE no tiene recursos, si no los tuvo que lo hubiese denunciado públicamente. Tampoco cuela que se deje engañar por la presentación de cuentas paralelas y falsas, si es así que rueden cabezas. Si los banqueros han burlado al Banco de España, su Gobernador y los altos mandos deben ser cesados de inmediato y exigirles responsabilidades por negligencia. Del mismo modo a los causantes de los desfalcos, que se prejubilan con cifras de órdago, y a los Gobiernos, incapaces de poner orden, habrá que decirles que hasta aquí hemos llegado. A los primeros por ladrones, a los segundos por incompetentes.
El objetivo empresarial de bancos y cajas es ganar dinero, su ideario social es prestarlo. Miren por donde llevamos unos años que sólo hacen lo primero, recaudar; sin embargo no sueltan un euro a las familias desesperadas y niegan alegrías a las empresas, que cierran y despiden no por falta de trabajo, sino de liquidez. Tienen que ser despreciables, banqueros y políticos, para permitir tanta insensatez e inmoralidad. Así pues, no sé por qué, no contamos con ningún Gobierno valiente, con narices, que nacionalice todos los bancos y cajas de este podrido país. Estas entidades siempre van con el mismo cuento, el lloriqueo ramplón, y que necesitan más que nadie.
Ya está bien. Si debemos presentar doscientos avales para que nos dé cualquiera un préstamo al 8 ó 9% preferiría pedirlo al Banco de España, que nos exigiría un aval, o ninguno, y al 3 ó 4%. Para que se lleven los dineros los banqueros que sea el Estado, que lo mismo sirve para bajarnos los impuestos. En cuanto a la advertencia que se irían todos los empleados a la calle la respuesta es contundente: No. Si sólo existiera el BE se necesitarían casi las mismas oficinas y el mismo personal. A cambio, nos quedaría la satisfacción de que el dinero que pagamos sirve para algo y sin enriquecer a las sanguijuelas.