El matrimonio formado por Bryan y Mary Talbot, cuya novela gráfica Armada de locura les recomendé encarecidamente la semana pasada, no serán los únicos invitados internacionales del inminente Salón del Cómic de Valencia: por allí se dejarán caer también las francesas Aude Picault y Émilie Clarke, el belga Olivier Schrauwen o algunas figuras destacadas del más interesante cómic africano contemporáneo. Pero si hay un nombre que me apetece destacar especialmente, ese es sin duda el del israelí Teddy Goldenberg; y es que uno de los mejores títulos publicados en lo poco que llevamos del 2024, y que a buen seguro seguirá encabezando algunas listas selectas cuando el año llegue a su fin, lleva su firma. Me refiero a Ciudad del Hampa, de lejos una de las propuestas más arriesgadas y sorprendentes que he tenido el placer de leer en los últimos tiempos. Estamos ante una antología de historietas breves que podrían estar interrelacionadas entre sí (si es que el osado lector es capaz de hilarlas atendiendo a algún criterio lógico más allá de la repetición de algunos nombres, espacios o ideas) y que se desarrollan todas ellas en la urbe que da título a la obra; una ciudad donde el ayuntamiento derriba centros comerciales para construir parques (sic) y en la que la gente huye despavorida por la calle sin motivo aparente. Son relatos breves, muchos de apenas dos páginas, que suelen empezar o muy especialmente culminar in medias res de una forma tan radical que cada acto de pasar página se convierte en una odisea de vericuetos imprevistos. Por otro lado, del estilo gráfico de Goldenberg cabe señalar que es absolutamente demodé, recordando al de los primitivos del medio (los anteriores a la revolución de los años cuarenta que supusieron los portentosos artistas de EC Comics), y estando por tanto más cerca de Richard Outcault o Winsor McCay que de cualquier otro dibujante contemporáneo. En resumidas cuentas: este Ciudad del Hampa es un artefacto aparentemente extraterrestre al que habrá que volver en futuras y seguro que fructíferas relecturas. No lo dejen escapar.
Al margen de las obras de estos autores foráneos, también se podrán disfrutar en Valencia vía presentaciones o exposiciones de otros títulos publicados en el extranjero pero cuya autoría es total o en buena parte autóctona. Baste recordar, por supuesto, los cómics dibujados por artistas nacidos aquí pero que trabajan habitualmente para Marvel y DC; este es el caso de Daniel Acuña, Iban Coello, Fernando Dagnino, Sergio Dávila, Javi Fernández, Jorge Fornés o Gabriel H. Walta, todos ellos presentes en el evento. De este último me gustaría recomendarles particularmente el primer (y muy prometedor número) de Carretera fantasma, la nueva serie de Image Comics escrita por -mira por dónde- el prolífico Jeff Lemire (¿de dónde sacará tanto tiempo para escribir este hombre?). De acuerdo con que por ahora solo podemos hablar del primer volumen de la edición española, pero ya les digo que se trata de una de las series más intrigantes y adictivas del momento: la premisa consiste en que un camionero y una joven que se conocen en un terrible accidente de tráfico se ven embarcados en un viaje por espacios que podrían tratarse de dimensiones alternativas y donde se enfrentan a criaturas que no parecen humanas. Al margen de lo atractivo del relato, qué decir del apartado gráfico: el dibujante melillense, responsable de títulos fundamentales del cómic de terror actual como El velo o El bosque de los suicidas (ambos con guiones de El Torres), vuelve a brillar como ya nos tiene acostumbrados en esta nueva propuesta del género. Lo dicho: habrá que ver qué derroteros toma la colección, pero por el momento en lo que a mí respecta estoy totalmente dentro.
Al margen de estos autores que han cruzado el charco, nuestro país también suele exportar talento al mercado editorial de nuestros vecinos de arriba: la BD francobelga viene nutriéndose de dibujantes patrios desde hace lustros, y a la nómina formada por artistas como Juanjo Guarnido, José Luis Munuera, Ana Miralles o Roger Ibáñez se han sumado recientemente -por citar solo dos- Amelia Navarro y Jandro González. Este último nos ofrece ahora, junto con el guionista galo Cédric Mayen, El misterio del paso Diátlov, inspirado en unos hechos reales que dada la fascinación que han venido despertando en profesionales de diverso pelaje ya han dado pie a una ingente bibliografía, además de a algunas películas y hasta videojuegos. Me refiero al enigmático suceso acontecido en la noche del 1 al 2 de febrero de 1959 en la actual Rusia, en concreto en la ladera oriental del monte Kholat Syakhl, en el norte de los Urales: al parecer, un fenómeno desconocido impulsó a que nueve personas que atravesaban la zona embarcadas en una expedición abandonasen sus tiendas de campaña y decidiesen caminar sobre la nieve, a cuarenta grados bajo cero, en calcetines o descalzos. Por supuesto, sus cuerpos fueron hallados sin vida, aparentemente víctimas de la hipotermia; pero lo que todavía resulta más extraño si cabe es que, aunque no mostraban signos de lucha, dos de ellos presentaban el cráneo fracturado, otros dos tenían las costillas rotas, y a otros dos les faltaban los ojos y una de sus lenguas. Basándose en buena parte de esa bibliografía citada, Mayen ha construido un relato en el que formula algunas hipótesis pero no cierra la puerta a que el lector saque sus propias conclusiones sobre el enigma, en una trama detectivesca que se desarrolla en dos líneas temporales distintas que el arte del dibujante español -que alcanza gran altura de la primera a la última plancha- diferencia mediante un acertado uso del color. Una lectura muy entretenida y de lo más recomendable, vaya.
Por cierto: Jandro (así de breve firma muchos de sus trabajos) es natural de Valencia, por lo que imagino que en el Salón estará como en casa. Y oye, si los valencianos nos hemos puesto a exportar mascletàs a Madrid, no sé por qué no vamos a exportar dibujantes a Francia. Por lo demás, solo me queda advertirles de que la semana próxima, ya in extremis, terminaré con mis recomendaciones para el Salón del Cómic que se nos viene encima.
El Salón del Cómic de València se celebra del 1 al 3 de marzo de 2024; Ciudad del Hampa, Carretera fantasma y El misterio del paso Diátlov están editados por Fulgencio Pimentel, Astiberri y Norma respectivamente.