Nuevas concesiones municipales
Hay asuntos de los que cada cual prefiere ocuparse personalmente. No porque desconfíe del trabajo que pueda realizar una empresa profesional de la que no apartaríamos nuestra mirada en caso de contratarla, simplemente para certificar que desempeña su labor en tiempo y forma y sin crear nuevos problemas. Pero hay asuntos, sobre todo los relacionados con nuestros intereses más personales (educación, sanidad), que parecen requerir una atención continuada, nos cueste lo que nos cueste: en tiempo o en euros. Asuntos que además de forma más o menos directa están relacionados con otros asuntos, cuestión esta que puede no importar a una empresa contratada para llevar a cabo un servicio en particular.
Lo mismo que les hablo sobre el terreno personal, podemos trasladarlo al terreno municipal. Hoy podríamos hablar de la concesión del servicio de limpieza y recogida de basuras, que volverá a ofertarse tras resultar anulado el actual contrato de adjudicación con la Generala por ser contrario a derecho. Quizás, en este momento, ni Villena esté preparada para hacerse cargo de este importante servicio, ni las medidas del ministro Cristóbal Montoro faciliten su puesta en marcha. Aun así creo que Villena debe prepararse para hacerse cargo de nuestros servicios básicos. Por muchos y variados motivos. Por ejemplo para resolver concienzudamente ciertos problemas que se han anquilosado con el tiempo, como el de las fugas de agua. O para determinar unas líneas a largo plazo que conduzcan año a año el desarrollo de cada servicio hacia un ideal razonable de ciudad: optimizando recursos, creando un empleo digno y comprometido con la realidad social de Villena, concienciado ecológicamente... La municipalización de servicios nos permitiría llevar a cabo estas prácticas, que quedan muy lejos del sentido de una empresa al ser contratada para realizar un trabajo, que vienen a ser: cumplir los acuerdos y obtener beneficios.
La municipalización de servicios es una medida que están adoptando ya muchas ciudades españolas y está resultando toda una tendencia en muchos países europeos. Porque es una medida que hace que la ciudad vuelva a mirarse a sí misma, que vuelva a cuidar de sí misma. Y eso es algo cada vez más necesario, porque debemos cuidar de nuestro entorno y de nuestra gente y debemos prepararnos para ello y olvidar lo de Papá Estado, que no nos ha llevado a ningún sitio. Empezar a gobernar, a fiscalizar nuestra ciudad y a aportar nuestro tiempo y trabajo de forma activa en beneficio de Villena en todas sus dimensiones. Del mismo modo en que cuidamos de nuestra historia, de nuestras fiestas, nuestra cultura, debemos ocuparnos de las cañerías de nuestra ciudad. Pero para que esto ocurra no podemos dejar que unas empresas hagan el trabajo, ocupándose únicamente del día a día, sino que debemos responsabilizarnos personalmente. Reivindicar esos acuerdos de mínimos que nombran y a los que intentan llegar los partidos políticos locales y que parecen tan difíciles de alcanzar (¿ ?) respecto al Plan integral del ciclo del agua, organización y funcionamiento municipal, mantenimiento de infraestructuras locales...
Una ciudad como Aspe, tras la municipalización de cinco servicios, presenta un ahorro de 1,3 millones de euros anuales desde el año 2012 que repercuten en su presupuesto tras la remunicipalización de dichos servicios. Un ahorro que según nos dice el concejal aspense José Vicente Pérez viene, principalmente, porque no tenemos que pagar el IVA, el beneficio industrial o los gastos generales de las empresas privadas. Es una medida que si bien supone un mayor trabajo para el Ayuntamiento también supone un desahogo para las arcas públicas y permite repercutir estos fondos en contratación de personal con sueldos dignos (apoyando a las personas más desfavorecidas, a las de rango de edad más abandonado por las empresas o a personas que sufren discriminación laboral por otras causas).