Vida de perros

Obra Social

Hoy. En la Edad Dorada de las fusiones de las Cajas de Ahorro. No deja de tener su gracia escuchar o leer aquí o allá –ya saben que los Mass-Media del sigo XXI subsisten gracias a los exhaustivos análisis de cualquier cosa que esté de moda–, recordar el sentido ancestral por lo que fueron creadas. Los primigenios Montes de Piedad, entidades sin fines lucrativos, representaban un cooperativismo, una solidaridad, del mundo con las áreas menos afortunadas. Así, sin necesidad de donativos, y tal y como nos recuerdan algunas Cajas, gracias al simple gesto de guardar nuestros ahorros en sus arcas era (es) posible realizar infinidad de obras sociales sufragadas con el beneficio que mediante el tiempo generaba nuestro capital.
La primera mentira de tal supuesto reside en que los objetivos principales de cada una de las actividades de las cajas de ahorro tengan fines sociales, aunque sí los tengan los objetivos secundarios. Digo esto porque a nadie se le escapa que el objetivo primero de toda caja de ahorros es el publicitario, de tal modo que poco importaría si la actividad en sí resulta precaria en algunos aspectos siempre que las banderolas y los carteles se vean con suficiente claridad (nadie debe olvidar el logotipo que preside la pancarta, grande y ruidoso junto al título de la actividad).

La Obra Social es igualmente cuestionable. Es obvio que existen muchos colectivos con infinidad de carencias y necesidades, pero también debe ser obvio que las cajas están obligadas, digo obligadas, a destinar esa cuantiosa, cuantiosísima, parte de sus beneficios, digo obligadas, a solventar dichas necesidades sociales. Quiere esto decir que cuando una caja dice: hemos dotado de tal y tal, está diciendo que nosotros y nosotras con el beneficio que genera nuestro capital hemos dotado de tal y tal a tales fines sociales (una muestra más de que lo importante es publicitarse).

En esas estamos cuando una de esas Cajas plantea el concierto que el próximo sábado por la tarde se celebrará en la Plaza de las Malvas –no se me ocurre ubicación más idónea (¿lo será la futura y carísima Plaza de los Toros?... está por ver)–. La actividad se llama Foro Joven y se realizará gracias a la generosidad de los grupos Noun, Universo Inverso y Mente Devil. Grupos musicales a los que se les regala un escenario y un equipo de sonido –les regalamos, repito– y que por su parte deben aportar su arte y, estimo, un desgaste económico no cuantificable (menos todavía para la caja de ahorros organizadora). En fin, que iremos al concierto porque seguro que merecerá la pena, y que iremos con el convencimiento de que no debemos nada a todos esos logotipos que aparecerán omnipresentes en la plaza. Logos que fueron los mismos que echaron nuestros beneficios sociales en aquella cueva de ladrones que ¿fue? Terra Mítica.

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