Editorial

Otro frente vecinal abierto

El Pleno del ayuntamiento de Villena a celebrar el próximo jueves revocará la compra, realizada en los últimos días de la pasada legislatura, del edificio que alberga la sede de la Asociación de Vecinos del barrio de Las Cruces, realizada por el ayuntamiento para ser cedida de manera inmediata a la asociación, que ya venía usando dicho edificio de manera continuada desde hace 30 años.
La compra, no exenta de polémica en su día, contó con el voto en contra de la edil de Izquierda Unida Rosario Belda, integrante entonces del equipo de gobierno, por lo que únicamente pudo salir adelante debido a la ausencia en la sesión de la ahora alcaldesa Celia Lledó. Aprobada la adquisición el día 9 de mayo, casi en campaña electoral, unos días después, ya en campaña, los vecinos agradecían públicamente su decisión a PSOE y Los Verdes mediante pancartas y carteles, acto que en su día fue tachado de electoralista y que puso en tela de juicio la imparcialidad de la asociación, reabriéndose entonces el debate sobre la naturaleza “apolítica” de algunas asociaciones y colectivos locales.

Ahora, y tras valorar los informes de los técnicos municipales, contrarios a la compra –al no realizarse con una partida presupuestaria adecuada, según regula la Ley Urbanística Valenciana en relación con el Reglamento de Ordenación y Gestión del Territorio–, el nuevo equipo de gobierno va a dar marcha atrás a aquella decisión, lo que ha sido duramente criticado por las formaciones políticas de la oposición –“venganza del PP” o “agresión a la participación ciudadana” han sido algunas de las expresiones utilizadas– y por los propios integrantes de la asociación de vecinos, a la que no obstante el ayuntamiento quiere ayudar ofreciéndole alternativas mediante la cesión temporal de algún local de titularidad municipal.

Así las cosas, y a la espera de conocer el posicionamiento definitivo del ayuntamiento respecto a la polémica por el recorrido de la Retreta, ya son dos las asociaciones –El Rabal (o en su defecto la Junta Central de Fiestas) y Las Cruces– que se consideran “perjudicadas” por las decisiones de la nueva Corporación, que a este ritmo corre el riesgo de ir perdiendo poco a poco el inmenso crédito conseguido el pasado 27 de mayo.

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