Paraísos fiscales
Cuando todos estamos inmersos en la crisis, y padecemos, se opina, comenta, discute y dan mil claves para solucionar lo innombrable, hasta cada cual propone medidas, más moderadas o más radicales, para salir de ésta, como quien hace su propia alineación para el equipo de sus sueños. Sin embargo muy pocos gobiernos y más escasos partidos inciden en que los recortes, para ser creíbles, deberían empezar a aplicarse por aquellos caudales de capitales, de orígenes nada legítimos, que burlaron los controles administrativos y reposan en blindadas cajas fuertes fuera de nuestras fronteras, lo que conocemos como Paraísos Fiscales.
Con este espinoso tema ha habido una desidia generalizada e insultante. Si para los currantes, sean autónomos, empresarios o trabajadores por cuenta ajena, el fraude fiscal es un delito, nos matriculamos religiosamente todos los años y procuramos estar en son de paz con el fisco, ¿por qué hay desalmados que, con nombres y apellidos, depositan sus cuentas negras en bancos extranjeros y libres de declaraciones? Gibraltar, Andorra, Holanda con sus Holdings, Luxemburgo, Liechtenstein, Panamá, Suiza, las Islas Caimanes y cincuenta países más acogen entusiasmados los dineros, acaudalados y fraudulentos, de miles de pillos de todo el mundo.
La cuquería de estas gentes, siendo sus acciones para nada legítimas, está justificada; porque tienen la coartada de la ceguera imbécil de los gobiernos que nos presiden. Estando los tiempos como están, donde se intenta recuperar un céntimo malgastado y se recorta donde no se tiene que aminorar, es irresponsable, vergonzoso y antihigiénico permitir que esto siga ocurriendo. ¿A qué esperan la UE, sus Gobiernos, sus Parlamentos, sus Tribunales Internacionales para enterrar esta mierda?
¿Acaso tiene el PP, como partido favorito, en su programa una medida para rescatar los capitales extraviados en Paraísos Fiscales? No. ¿Tiene el PSOE, como partido que se sabe perdedor, en su programa un antídoto contra el fraude? No. Y si lo tuviera ahora, ¿por qué no lo validó antes? ¿Tienen Felipe González o José María Aznar cuentas corrientes en el extranjero? ¿Por qué no lo dicen? Estúpidas intervenciones electorales las suyas, barriendo para unos y para otros, cuando son la mismica gota de agua. ¿Dónde están los necesarios decretos, las enérgicas propuestas, los ultimátum de Tolerancia Cero, y mediante Ley, a los impostores nauseabundos que se llevan el dinero y descapitalizan España? ¿Han visto ustedes algún gesto en algún sentido? ¿Acaso están indignados de tanto hurto? No.
¿Han avistado a algún defraudador esposado delante del juez? No. Pues hasta que no vea a sinvergüenzas postrados ante la justicia seguiré haciendo de mosca cojonera. No hay derecho a que congelen sueldos, rebajen presupuestos en sanidad, supriman profesores, permitan contratos temporales a precios de basura, no se convoquen oposiciones, los jóvenes se tengan que ir fuera, existan proveedores sin cobrar, asociaciones con la soga al cuello, trabajadores que no pueden ni ahorrar ni consumir, pensionistas sin recursos y que unos hijos de puta saqueen dinero con total impunidad administrativa.
Exenciones casi consentidas delante de los ojos de la Hacienda Pública y sin gestos políticos para que la policía judicial se lleve en volandas a más de uno a la penitenciaría. Grecia podría saldar su deuda con el dinero evadido del país, sin embargo Europa se descerebra por rescatarla. Muchos son los países, entre ellos el nuestro, que están ahorcados por fondos en quiebra. No entiendo por qué entonces pretenden subirnos el IVA, el IRPF o los Tipos de Interés cuando, con propuestas serias y unificadas, podrían bloquearse las cuentas ilegales en estos bancos fantasmas, confiscar sus bienes, repatriar el dinero, recaudarlo y distribuirlo.
Si con ese dinero hay que construir módulos carcelarios para chorizos, hágase. Porque a quien hay que rescatar no es a la banca, ni a la Iglesia, ni a las pensiones de políticos de profesión. Sólo a la sociedad civil.