Apaga y vámonos

Patriotismo económico

Como el que no se consuela es porque no quiere, resulta que con la crisis estamos todos los españolitos que leemos la prensa haciendo un Master en Macroeconomía que ríete tú de ESADE o cualquier otra prestigiosa Escuela de Negocios.
Por si no lo sabían, resulta que en la Bolsa no sólo se gana cuando sube, sino que también se puede ganar cuando baja si nuestra apuesta ha sido en posiciones “cortas”. Estas operaciones, típicas de especuladores, son las que están poniendo en jaque a las Bolsas europeas, la española incluida, estos últimos meses, hasta el punto de que una de las presidentas más valientes, la alemana Merkel, las acaba de prohibir en su país protegiendo así a sus bancos, pero de rebote nos hemos enterado de que el todopoderoso Deutsche Bank ha apostado cientos de millones de euros “en corto” a que bancos españoles como el BBVA o el Popular se van a pegar un guarrazo. Desde su central en Alemania ya no puede hacerlo, pero sí desde su sucursal de Londres, pues en Inglaterra no se han prohibido este tipo de operaciones. Así, los clientes del Deutsche Bank que han suscrito estos fondos ganarán más cuanto peor le vaya a nuestros bancos, y el Estado alemán también, porque cuanto peor están nuestras empresas y más riegos tiene la deuda de nuestro país, más barata es la suya y más inversiones captan.

Precisamente para evitar ese riesgo y reducir las posibilidades de quiebra de España se están lanzando las medidas antisociales por todos conocidas: despido más barato, pensiones congeladas, rebaja de sueldos para funcionarios, adiós al cheque-bebé, etc., es decir, un brutal recorte del gasto público (ya saben que yo sacaría el dinero de otro lado, haciendo aflorar el dinero negro o dejando de comprar tanques o aviones, por ejemplo) lanzado con la idea de dar una imagen de solvencia ahorradora a los mercados internacionales: ya saben, si España gasta menos, tendrá más dinero para hacer frente a sus deudas y nos cobrarán menos intereses.

En cualquier caso, la idea que quiero subrayar es que, en lugar de socios y aliados, lo que tenemos en la UE son buitres que, tras destrozar a Islandia y Grecia, se han lanzado ahora sobre España y están haciendo todo lo posible por ver si morimos y se comen nuestros despojos. Y es que de nada sirve que la Merkel diga que están dispuestos a ayudarnos si el banco más importante de Alemania –Deutsche Bank– se ha tirado directo a nuestra yugular. Así pues, se me ocurre un fácil ejercicio de patriotismo: si es usted cliente de Deutsche Bank España o conoce a alguien que lo sea, por favor, transmita este mensaje, explique que Deutsche Bank se hará de oro si a nosotros nos va mal, retire hasta el último céntimo del dichoso banco y, a ser posible, ingréselo en las empresas perseguidas, en este caso BBVA o el Popular, al menos hasta que escampe y pueda usted hacer con su dinero lo que le plazca. ¿Qué queremos, que nos destrocen, o resistir y plantar cara? Yo lo tendría clarísimo, desde luego.

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