Peor que el tabaco
La esquela la he visto en varios periódicos. Tanto de tirada nacional como provincial. Y en diferentes fechas. Uno no tiene tiempo ni medios para hacer un seguimiento exhaustivo de ciertas cosas pero, vistas las muestras, la campaña publicitaria ha debido de ser importante. Y por tanto costosa. Muy costosa. Nos referimos al anuncio que Ecologistas en acción ha difundido sobre el cambio climático.
El anuncio emula el diseño utilizado para las advertencias sanitarias impresas en las cajetillas de tabaco. Diseño que recuerda bordes negros, intensos y apretados al de las esquelas mortuorias. Malaje, malaje. Y el mensaje dice: Las autoridades advierten: Las consecuencias del cambio climático son mucho peores que las del tabaco. Esto es lo que dice. Luego, se nos remite a la web del colectivo ecologista responsable de la campaña. El reclamo lo remata el distintivo de Ecologistas en acción junto al del Ministerio de Medio Ambiente que subvenciona la cosa. Aquí nace nuestra crítica.
Que Ecologistas en acción haya apostado por una frase poco afortunada para sensibilizarnos sobre el cambio climático, es problema suyo. Un aspecto nos parece curioso, ni frase ni anuncio los he visto luego en la página web de la asociación verde. Esto si no me he despistado, entre remolinos y sargazos, en la navegación internáutica. La frase nos parece desafortunada porque podríamos pensar De perdidos al río que para tener que sufrir, y ya puestos, si nos va a perjudicar el cambio climático, que nos perjudique el tabaco. Aquí quizá está esa provocación, que dicen estrategia los de marketing, para la publicidad agresiva. Pero el anuncio me ha recordado aquella gracia sin gracia que decían algunos fumadores: Para que me mate la Seguridad Social, que me mate Tabacalera. U otros chistes graciosillos que han ido naciendo a partir de los mensajes de las cajetillas. Que si el seriamente, que si el puede, que si los niños expuestos al humo, que si a mí no me afectan estos cigarrillos porque yo no estoy embarazado... En fin, lo que nos importa es que en plena campaña antitabaco, un Ministerio, el de la Narbona de nuestros desvelos, pueda incitar indirectamente al consumo de tabaco. Esto mientras otra colega, la Ministra de Sanidad, Elena Salgado, pelea muy fuerte por desintoxicarnos y alejarnos de los humos. Esto, sin ninguna duda, habla de cierta descoordinación en un gabinete de gobierno. Y la descoordinación es desgobierno. Y el desgobierno, mal gobierno.
Los efectos contraproducentes de la desatinada campaña yo ya los he visto. Algunos amigos míos más fumadores que yo se han agarrado al eslogan subvencionado por Medio Ambiente como quien acorralado por una vaquilla muy corrida en fiesta de pueblo trepa por el cristal de un escaparate para escaparse de los cuernos astillados. Yo, como no le tengo miedo al cambio climático, si acaso es, no he caído en la trampa que suponemos involuntaria. Llevo muchos años dejando de fumar, reservando los cigarrillos en exclusiva para la farra. Y del cambio climático lo que me preocupa ya lo hemos escrito en alguna ocasión: Que, siendo o no siendo, se utilice como capa que tapa todos los desmanes que hacemos contra la Naturaleza. Que, siendo o no siendo, nos sirva para justificar nuestra ineficiencia a la hora de corregir los desequilibrios que la misma Naturaleza nos ha procurado. Por ejemplo, cuando nos falte el agua. Entonces, Cristina Narbona podrá recurrir al cambio climático para ocultar su ineficacia como ministra. Pero entonces, alguien, siguiendo la línea del anuncio inoportuno, podría advertirnos: Las consecuencias del Ministerio Narbona son mucho peores que las del cambio climático. Y a ver quién lo subvenciona.