Pepe Gotera y Otilio
¿Recuerdan a estos dos singulares personajes del tebeo? Sí, aquellos que nos distraían con sus desternillantes chapuzas y que siempre terminaban de carreras. Pues me vienen a la mente cuando pienso en todo este carajal de la reforma de la Constitución con la pesadumbre de que la realidad nada tiene que ver con la ficción.
Muchos eran los llamados a chapucear, muchos los que han acudido a la cita y muchos más los esperan ansiosos su estelar contribución. Quizás la semana pasada hubiese sido un buen momento para haber entregado al director de este periódico un artículo concienzudo y documentado sobre el particular, y créanme que lo barajé seriamente pero sucedió que la concurrencia de fechas hacía más indicado escribir sobre la celebración del día de la Inmaculada Concepción, patrona del Arma de Infantería. Esto precisamente me sugirió un simpático lector al que saludo desde esta tribuna y con el que coincido cada sábado cuando acudimos con nuestros hijos para que jueguen en uno de los descuidados parques infantiles de nuestra ciudad. El hombre me relató la historia sentida y apasionante sobre una hazaña de Alejandro Farnesio durante un combate de los Tercios en los Países Bajos, donde según la tradición, mientras cavaba su propia tumba halló la sagrada imagen de la Inmaculada, constituyendo este hallazgo un sacro revulsivo que le permitió alzarse a continuación con la victoria. Bueno, otro bonito cuentecillo, -pensé. En Villena creemos que La Virgen se apareció navegando en la Fuente del Chopo y que sanó a los enfermos de cólera. Es bonito,-fue mi sincera respuesta.
Sin embargo suscitan mayor interés, por el peligro que conllevan, las actividades de los reformistas. Durante los próximos meses disfrutaremos de apasionadas y apasionantes veladas sobre las reformas constitucionales y festeras. ¿Cuál será más divertida? ¿Cuál nos hará reír más? ¿Cuál será la más peligrosa? Conociendo a ZP, intuyo que las dos casi por igual. Conociendo los hilos que mecen las decisiones de ZP me figuro que nos van a proponer una reforma integral en cuyo lote irán ofertadas de manera inseparable las transgresiones del estatuto catalán y el nuevo texto del artículo 57, aprovechando que Leonor ya gateará por el Pardo. ¿Será capaz de proponer esto? Ojalá que sea solamente yo el único orate. No creo que las afrentas que se introducirán en la Constitución a resultas del nuevo estatuto catalán se aprueben por dos tercios a la vista del panorama, pero el asunto de la sucesión en la jefatura del Estado clama al cielo y sí debería aprobarse por aclamación, como primer paso. Así que menuda papeleta nos podemos encontrar, sobre todo los que nada hemos tenido que ver ni en todo esto ni en la aprobación de 1978 y que nos lo vamos a tener que merendar, pagar la cuenta, recoger los platos y poner el lavavajillas.
Resultarán igualmente simpáticas las conclusiones sobre las necesidades de cambios en la estructura y organización de nuestras fiestas de Moros y Cristianos, que en Villena somos capaces de afrontar lo más sagrado de modo sumarísimo y sin derecho de réplica, y en contra vamos a enredarnos en un disputado congreso para rectificar los versos de arte menor. Nada hay que más nos guste a los de Villena que una carpeta de congresista festero y un micrófono para ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión festera. A lo mejor las reformas se van a hacer puñetas, se nos aparece el hada azul y nosotros a los toros de Carabanchel a merendar, si es que por entonces hubiese comenzado la temporada.