Historia

Pepe Menor engrosa la memoria de Villena

Quien conoce a Pepe Menor sabe que las conversaciones con él distan mucho de aquellos tópicos sobre el tiempo o los titulares de la prensa. Menos todavía en este caso, en que hemos quedado citados con el fin de recopilar información para transmitirles a ustedes algunos de los contenidos del archivo personal que los grupos de teatro El Candil y Perigallo van a donar al Archivo Municipal de nuestra ciudad.
Como el tiempo apremia y el espacio aprieta vamos a dedicar esta semana esta página de cultura para hablarles acerca de la trayectoria del primer grupo y aprovecharemos nuestra sección Días Felices (véase la “Noticia relacionada”) para hablar de las vivencias de la segunda etapa.

Diremos, como en cualquier relato, que todo comenzó en 1968, cuando varios jóvenes cercanos al Club Juventud del Círculo Agrícola Mercantil decidieron crear una compañía en este club dedicado al ocio de la gente joven. Fue Vicente Rodes, hoy día conocido por su pintura, quien emprendió la aventura con el montaje de El Tragaluz de Buero Vallejo. El estreno, como ocurriría con los siguientes espectáculos, se realizó en la sala de baile de la 1ª planta del CAM. A partir de esta experiencia, fue Pepe Menor quien compaginó su participación como actor con la de director; sería un año más tarde, con la producción de La Tetera, una comedia de Mihura.

Como curiosidad cuenta Pepe y corrobora Carmen, compañera sentimental y de aventuras –de hecho se conocieron en estas andanzas–, que con el fin de recaudar fondos para la producción de los montajes el grupo se dedicó a organizar desfiles de modelos contando con los comercios de la época. Vicente Rodes se encargó el mismo año de poner en funcionamiento Réquiem por un girasol, obra de Jorge Díaz, estreno del que ya consta una favorable crítica por parte del Diario Información. Pero todavía en 1969 se estrenarían dos espectáculos más: El Pelícano de Strindberg y El Cuerpo de Lauro Olmo, ambas bajo la batuta de Pepe Menor, aunque esta última ya con la compañía El Candil.

El “gran salto” y la lucha contra la censura
El “gran salto”, por llamarlo de algún modo, se dio con la pieza de Gombrowicz Yvonne, princesa de Borgoña. Un texto con cierta polémica que estrenó al grupo en la práctica del escamoteo al censor. En Ivonne se aprecia ya un gran trabajo de producción: vestuario, escenografía, iluminación y tramoya, además de contar con un numeroso elenco. Se puede apreciar en el legajo que recoge críticas y fotografías un interesante y personal estilo en la puesta en escena y en la caracterización de los personajes. Y aunque la estética cambiara en apariencia de forma radical con el estreno de Viyenerías, se intuye en el material gráfico que el estilo de la compañía y de Menor estaba tomando cuerpo.

De hecho, Viyenerías, fue seleccionada para participar en el II Ciclo de Teatro Alicantino organizado por el Instituto de Estudios Alicantinos. El espectáculo se forma a partir de la adaptación de textos y canciones de José Menor “El aguaor” (abuelo de Pepe Menor) realizadas por Alfredo Rojas y el Ataneo. Lástima que ciertos problemas con la censura llevaran a la retirada de ciertos grupos de dicho ciclo, en el archivo se pueden obtener más detalles de mano de Rosa Montero, por entonces redactora del Información. Pese a ello les dejo con la crítica que Ernesto Contreras realiza sobre Viyenerías para el mismo diario: “José J. Menor y El Candil han ensayado sus fórmulas más avanzadas, sus más rigurosos planteamientos teatrales y los resultados abren decididamente el camino de la esperanza”.

Tras el exitoso espectáculo, Menor fue distanciándose de la compañía para emprender aventuras individuales que pasaron por los espectáculos para la presentación de madrinas, donde aportaba su estilo sin huir del tratamiento popular, o la dirección del montaje que se realiza todavía sobre el Tratado de Alzmirra.

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