Apaga y vámonos

Políticos

Ahora que ya han sido presentadas de manera oficial las dos principales contendientes a los comicios del próximo 27 de mayo, ha llegado la hora de realizar un balance comparativo serio y riguroso, y nos basaremos para ello en el sesudo análisis de la semiótica, que diría mi amigo Andrés, esos pequeños detalles que muchas veces se nos escapan y que en realidad albergan las claves de vaya usted a saber qué.
De entrada podríamos comparar la elección de los escenarios, habida cuenta de que el PP de Celia Lledó volvió a los orígenes de su etapa más fructífera y añorada –todo comenzó cuando el presidente de la comparsa de Moros Nuevos decidió dar el salto a la política…– mientras que el PSOE –Leire Pajín dixit– recurrió a su local talismán, ese en el que celebró su propia boda Vicenta Tortosa: la comparsa de Piratas. Parafraseando al genial Andrés Ferrándiz Domene podría hablar ahora de las connotaciones sociales y clasistas de ambas elecciones, que tampoco son tantas en este caso, puesto que no estamos hablando de Estudiantes y Almogávares y puesto que para ello contamos, además, con el siempre clarificador vestuario.

Un primer vistazo a la concurrencia nos permite establecer ciertas diferencias entre la supuesta derecha y la presunta izquierda, habida cuenta de que mientras en un sitio se lucían trajes de noche, pantalones de pinza y corbatas, todo ello muy chic, en el otro destacaba el look casual de las afiliadas y simpatizantes y, cómo no, la sempiterna chaqueta de pana en su versión caqui, ésa que popularizaron y mantuvieron a lo largo del tiempo Felipe y Alfonso aun cuando ya estaban más que acostumbrados a viajar en coche oficial, ganar una pasta gansa y vestir de Ataulfo Domínguez.

Del mismo modo, los menús elegidos por ambos partidos pueden aportar notable información a mi tesis, ya que no deja de ser llamativo que durante la cena del PP presidieran las mesas enormes bandejas de marisco mientras que en la comida del PSOE hubiera un menú más popular –paradojas de la vida– compuesto por pelotas de relleno y paella. ¿Y qué quiere que le diga, señora? La verdad es que me puse las botas en ambos lados, que para eso de comer tengo yo menos manías que a la hora de mostrar otras de mis apetencias. Respecto a eso, y créeme que lo siento, Leire, me quedo con Mónica Lorente.

Llegado el momento de aportar las conclusiones finales a mi estudio, que bien podríamos titular “Introducción barata a la sociología electoral de andar por casa”, lo cierto es que el cuerpo me pide que diga que, por muchas diferencias que intenten mostrar nuestros candidatos, nuestros partidos y algunos de nuestros vecinos, al final los señores políticos vienen a ser más de lo mismo, o dicho en román paladino, los mismos perros con distintos collares. ¿Y saben por qué digo eso? Pues es bien sencillo: uno, que es de natural curioso, se ha lanzado a conocer en profundidad la realidad política de Almansa tras los últimos acontecimientos, y resulta que tras conseguir el PSOE de Almansa el alejamiento de las vías (lo que han jaleado sus fieles), resulta que el Partido Popular de allí sostiene que eso es una barbaridad (véanse sus foros y escritos), porque lo verdaderamente importante para el futuro de la ciudad sería conseguir el soterramiento y mantener el ferrocarril en el centro de la ciudad…

Como ven, amigos, aquí lo que importa es pillar la poltrona. Lo demás es puro teatro.

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