Por fin. He vencido al coronavirus

“Sí, lo he conseguido. Después de pasar los 25 días más amargos de mi vida, hoy me han comunicado que todas las pruebas y test que me han realizado han dado ya negativos y me dan el alta, después de tener en mi cuerpo una fuerte carga viral que me ha hecho temer por mi vida seriamente”.

La protagonista de nuestro relato es enfermera, vive en Villena y, cuando recibió la noticia de estar limpia del virus, tuvo muy claro que su primera salida, a pesar de estar en plena fase de confinamiento, era ir al Centro Sanitario Integrado para agradecer a sus compañeros el apoyo que le habían dado.

Así que, tras comprar unos dulces, conduce su coche y al llegar a una rotonda se encuentra con un puesto de control de la Guardia Civil.

“Vaya, se me va a caer el pelo. Lo que faltaba, una multa”. Ante las indicaciones de que no podía circular si no era por una causa de fuerza mayor, ella decide contarles la verdad. “Soy enfermera. Atendiendo a pacientes del Covid, me contagié y tras pasar varias semanas confinada, he decidido agradecer a mis compañeros del Centro Integrado las atenciones que han tenido llevándoles unos dulces”.

Ante su sorpresa, los dos guardias civiles se miran, se cuadran ante ella realizando el saludo oficial y le dan las gracias por todo lo que están haciendo por los enfermos, abriéndole paso para que pueda seguir su camino. Las lágrimas de una enfermera emocionada empiezan a resbalar por su cara. Pero estas lágrimas son solo una mínima parte de las que ha derramado durante las últimas semanas. Lágrimas de impotencia, lágrimas de dolor, lágrimas de madre, y al final, también lágrimas de emoción y de alegría.

Nuestra enfermera tiene bastante claro cómo llegó a su cuerpo el coronavirus, aunque no tenga ninguna prueba científica que lo avale. “En plena crisis un día tuvimos que ir a atender a varios enfermos en una residencia. No teníamos las más elementales medidas de seguridad. Con bolsas de plástico tratamos de cubrirnos lo mejor posible, pero yo creo que el Covid me entró por los ojos. Aquella misma noche tenía los ojos rojos, irritados. A los pocos días empecé a encontrarme mal”.

Las pruebas que le realizan dan resultado positivo, y los médicos deciden que se encierre en casa, donde será controlada por sus compañeros sanitarios. Comienza así una dura prueba. Tiene que convencer a su hija para que se marche de su lado hasta... quién sabe hasta cuándo.



Encerrada las 24 horas del día, comprueba cómo su salud se va deteriorando, cómo la fiebre le ataca, cómo su cuerpo va perdiendo el vigor y se siente impotente incluso para subir unas escaleras.

“Me traían la comida y me la dejaban a la puerta. Llamaban para que saliera a recogerla, aunque no tenía gana de comer nada. Pero sabía que tenía que seguir luchando con todas mis fuerzas para vencer a este jodido bicho. El apoyo de mis familiares y mis compañeros sanitarios me permitieron ir superando todas las crisis sin necesidad de ser hospitalizada”.

Así tuvo que pasar 25 días que nunca podrá olvidar. Poco a poco comprueba que su cuerpo está ganando la partida al coronavirus, y cuando recibe la noticia de que esta definitivamente limpia tiene claro que, tras reencontrarse con los suyos, va a volver a su puesto de trabajo. Y ahí está, en el Hospital de Elda, atendiendo nuevos casos, aunque la gente parece pensar que esto se ha acabado. Por eso, manifiesta su enfado al comprobar como, sobre todo muchos jóvenes, actúan de forma inconsciente, no siguiendo las medidas de seguridad más elementales, y mostrando su temor de que volvamos a tener nuevos rebrotes de importancia.

Nuestra enfermera de Villena ahora sabe que es inmune, por lo que seguirá en la trinchera más avanzada peleando contra un maldito coronavirus al que, ella, ha vencido.

Por: Isidro Hernández Más