los matadores de toros son artistas. Y así los reconoce como creadores de arte desde 1996, fecha a partir de la que consta la denominación de esta valerosa profesión en las actas de las numerosas concesiones de las Medalla de Oro de las Bellas Artes a los toreros.
Esta extraordinaria distinción la otorga el Consejo de Ministros mediante Real Decreto en base a una normativa estatal y a propuesta del Ministerio de Cultura. Para que mi opinión sea lo de menos, veamos lo que dice la ley: La Medalla al Mérito a las Bellas Artes se otorgará para distinguir a las personas y entidades que hubieran destacado de modo eminente en el campo de la creación artística y cultural o hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico nacional.
Por lo tanto, si el Gobierno de España declara que los toreros son artistas, es porque considera que el toreo es un arte cultura y por tanto la prohibición de esta actividad no debería considerarse legal y constitucional, y ya debería estar recurrida por el propio Gobierno. Como el caso es que el Gobierno sólo va actuar en esta historia por omisión, no sería descabellado que fuesen los propios profesionales los que incoasen esta iniciativa, porque además son considerados como artistas al estar su profesión regulada por la Relación Laboral de los Artistas en los Espectáculos Públicos.
Todo esto reforzado por la Constitución, que en sus Derechos Fundamentales reconoce el derecho a la producción y creación artística así como establece la obligación de los poderes públicos de tutelar el derecho de todos al acceso a la cultura, lo cual debería convertirse en una puerta para que si tampoco los profesionales del toreo actúan pudiésemos ser los aficionados los que enarbolásemos el estandarte del Recurso de Amparo en defensa de la Tauromaquia.
Todavía existe otro argumento pesado que valdría incluso para un Recurso de Inconstitucionalidad porque el toreo forma parte del Patrimonio Histórico Español en base a que forman parte de este patrimonio además de los bienes muebles e inmuebles los conocimientos y actividades que son o han sido expresiones relevantes de la cultura de España en sus aspectos sociales, materiales o espirituales. Todo esto es sin duda el toreo.
Es una realidad que no todos los españoles sienten pasión por los toros pero esto no da derecho a ningún organismo a prohibir esta manifestación artística, porque es el mismo Gobierno el que lo declara como de interés artístico y cultural, debiendo ser este mismo organismo el que garantizase su libertad tal y como le impone la normativa existente con anterioridad al separatista estatuto zapateril, que supone el primer paso en la segregación de una parte de España.
Arte y cultura, pero no sólo porque así lo disponga el Gobierno o porque yo lo diga, sino porque estalla tanto en un muletazo por abajo como en un monumento del escultor Navarro Santafé.
