Vida de perros

Posicionamiento

No es necesario mucho esfuerzo en el balance para determinar que la querella interpuesta por el Equipo de Gobierno de nuestro Ayuntamiento a la edil Cate Hernández se desmarcó la pasada semana como noticia estrella. Tanto interés y posicionamiento ha generado en Villena esta situación que pronto ha saltado a las Redes Sociales, e incluso ha conseguido que al comienzo de esta semana –tras el paréntesis del dichoso Ecuador, podríamos decir– nuestra alcaldesa convocara una rueda de prensa para desde todos los medios de comunicación exponer a la ciudadanía su postura y, cosa extraña, explicarnos los motivos de su forma de proceder.
Al respecto del asunto –que no voy a relatar, que para eso tienen ustedes el resto del periódico– tendré que confesar que yo también ingresé en ese grupo formado en Facebook con la denominación Yo también soy Cate Hernández. Y que en dicha página escribí: “Contigo, Cate”. Un posicionamiento al que minutos, quizás horas, más tarde añadí: “Como tú bien dices: NO con mi dinero”. Porque en mi primera declaración quise solidarizarme con la señora Catalina, la persona demandada, cuando pide que se acuse a la edil Catalina, la representante ciudadana. Y en mi segunda declaración quise sumarme a las voces de otras personas y otros Partidos políticos que piden y exigen que los gastos de tales rencillas no sean costeados por las arcas de nuestra ciudad: nuestro dinero.

Si dejamos un poco a un lado este conflicto, si nos abandonamos ligeramente en el transcurso de la línea que la política local ha venido marcando estos últimos años, un paseo, una cerveza o un cigarro después; mejor un largo paseo, un par de cervezas o unos cigarrillos después, nos acercan a realidades más amplias, por ejemplo podemos intuir que: hay cosas que se hacen bien y cosas que se hacen mal, pero que si esta premisa no se da debe ser porque todo se hace mal. Formalmente podríamos enunciar que en nuestro Ayuntamiento las relaciones están tan viciadas, las posturas son tan inamovibles, el diálogo es tan escaso, la voluntad de acercamiento está tan ahogada por el interés de cada línea política, que resulta obvio que cualquier movimiento que provoque la voluntad popular en los próximos comicios seguirá apostando por el salto al vacío. Basta oír esos deseos por conseguir la mayoría absoluta (o la mayoría mediante pacto) para presentir la intención de sometimiento, de exclusión. Unas intenciones que realmente significan en el caso de nuestra ciudad sometimiento, exclusión, ninguneo, de la voluntad del cuarenta, treinta, veinte por ciento de la ciudadanía. Y no me parece justo. No me parece justa la situación que ya demasiados años, no dos, ni cuatro, ni seis, sino demasiados años, hace vivir a Villena la política local. Debemos exigirnos y exigir un trabajo limpio alejado de rencillas, revanchas, codazos, murmuraciones, donde cada cual pueda decir y obtener respuesta. Y va por todos y por todas, también por ustedes, queridas personas y por mí, porque nos enredamos en una maraña que nos lleva cada día a una menor vitalidad y a un mayor cabreo.

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