Una vez más, y ya son unas cuantas, la construcción en Villena de un centro de conservación de primates el proyecto Primadomus vuelve a estar de actualidad. De hecho, nunca ha dejado de estarlo desde que comenzara a estar asociado con nuestra ciudad, ya que el PP, entonces en la oposición, entendió que su rechazo al proyecto (paradójicamente impulsado desde la Generalitat Valenciana, gobernada por el mismo partido, y con apoyos mucho más arriba) podía tener una innegable rentabilidad electoral.
En aquel momento, como se puede comprobar con una rápida visita a la hemeroteca, el PP y Celia Lledó hicieron bandera de la oposición al proyecto Primadomus y se posicionaron junto a los colectivos y ciudadanos (especialmente los vecinos de la zona) opuestos al mismo, a la vez que cuando menos consintieron y se beneficiaron de la propagación de bulos sobre la salud de los animales que contribuyeron a alimentar una ya de por sí disparada alarma social.
Alcanzado el gobierno, Lledó tuvo que asumir un proyecto que venía impulsado por el gobierno anterior y que contaba y sigue contando con todas las bendiciones necesarias por parte de la Generalitat, y aunque se ha hecho todo lo posible por entorpecer su desarrollo, al final los gobernantes no han tenido más remedio que darle vía libre, primero mediante la firma de un convenio que, por mucho que se quiera disfrazar ahora la realidad, viene a concretar los aspectos que ya se plasmaban en el convenio original, firmado durante el gobierno del tripartito, y después permitiendo la continuación de unas obras que han llegado a tener paradas durante más de un año con el consiguiente perjuicio para los promotores.
El final de esta historia, por ahora, es la invitación cursada por la alcaldesa para que la Reina Sofía venga a conocer las instalaciones que la Fundación AAP está construyendo en la Sierra de Salinas, noticia de la que nos congratulamos quienes nunca hemos visto inconvenientes en este proyecto más bien al contrario, puesto que supone el espaldarazo definitivo a su concreción, pero que ha sentado como un jarro de agua fría a los opositores al mismo, y muy particularmente a los vecinos de la Carretera del Puerto, que han manifestado una profunda decepción tanto con el Partido Popular como con la propia Celia Lledó, que ahora tendrán que aguantar estoicamente el chaparrón de la crítica al no haber sabido valorar en su momento la trascendencia de unas acciones que a día de hoy pueden venir a cobrarse la factura.
