¿Privatización del Estado?
Después de unos meses enclaustrados, los miembros de la Comisión de Expertos han concluido, por fin, el borrador que tendrá que discutir el Congreso respecto a la Reforma de las Pensiones. Han sido doce los designados por el Gobierno y los encargados de elaborar la hoja de ruta que nos afectará a todos los ciudadanos durante las próximas décadas. De entre ellos un representante de la UGT, un señor próximo al PSOE y otro en representación de CCOO, cuyo sindicato se lo quiere comer vivo y con toda la razón, pues votó a favor del documento final y en contra de las directrices de su dirección. El resto, los otros nueve, profesionales de la Banca y de las Compañías Aseguradoras. Entidades privadas cuyos beneficios se obtienen de pólizas particulares.
Y esto es lo que, si se piensa bien, no cuadra por ningún lado, pues no se entiende que banqueros y aseguradoras vayan a velar por unas pensiones públicas con total imparcialidad. Todo lo contrario: basándose en la insostenibilidad del Sistema de Pensiones Públicas, ellos redactan un nuevo modelo que indigna a los pensionistas del futuro pero que al mismo tiempo les tiende una mano, la que mece la cuna del llanto. No se preocupen ustedes, viene a decirnos la Comisión, el Estado les va a recortar las prestaciones a las que tengan derecho, pero en el Sector Privado hay excelentes empresas dispuestas a echarles un cable, pues nosotros les ofrecemos lo que no puede el Gobierno garantizarles.
Es otra jugada maestra de los Mercados Financieros que nos han llevado a la ruina y que, inconformes, quieren llevarse el pastel completo. Primero vendiendo productos tóxicos y preferentes para estafar a los inversores, luego agitando la Bolsa para crear alarma social, más tarde cortando la financiación a empresas en apuros para que hagan Concurso de Acreedores, potencian la destrucción de empleo hasta los seis millones, obligan al Gobierno a decretar una Reforma Laboral que castiga los derechos adquiridos de los trabajadores, consiguen unos recortes salariales muy exigentes donde no se puede protestar porque ya se encargaron de crear cola en el paro, suben las tasas judiciales para que la Justicia no sea para todos accesible, dan un repaso al Sistema Educativo y privatizan la Sanidad Pública, teniéndonos que costear buena parte de los fármacos.
El machaque a los funcionarios, asalariados, autónomos y pequeños y medianos empresarios ha sido brutal y sangrante, perdiendo todos poder adquisitivo, millones el puesto de trabajo y todos sin excepción hemos pasado de tener unas condiciones de vida que antes eran dignas a un estado de precariedad cogido con agujas. Pero quedaba un palo que tocar: las pensiones. Pues bien, ahí está el resultado. Por si no era bastante ya nos dicen que cuando lleguemos a la edad de jubilación, que será a los 67 años, la pensión será mucho menor, y cuanto más duremos menos cobraremos.
Nos están diciendo que nos muramos pronto, porque cuanto más tardemos en morirnos menos recibiremos. Así es, el cálculo de pensiones es inversamente proporcional a la esperanza de vida, por lo que a los 67 no tendremos problemas, pero conforme se metan ustedes en 70, 75, 80, más agujereado estará el bolsillo. Será verdad que éste no será país para viejos, sino para los poderosos y magnates de siempre. Así que reflexionen bien el lío en que nos mete el Gobierno por presiones de Bruselas. Como los españoles verán reducidas sus pensiones porque no hay teta para todos, encarga un estudio a banqueros y compañías privadas para que le den forma y oficialidad. Y ahora, estos banqueros y aseguradoras a vendernos su Plan de Pensiones. Buena jugada, sí.
Con lo fácil que sería para el Gobierno subirse los pantalones, ahora bajados, ante la UE y en vez de financiar a la Banca que sea el propio Estado el financiador. Eso sí, con intereses absolutamente decentes y razonables.