Vida de perros

Programación de la Kaku

La verdad es que lo primero que debo confesarles es lo que sentí: una leve inquietud, nerviosismo, antes de abrir el programa con las actividades de la Kakv. Y eso fue por muchas razones: porque es la que siento al hacerlo con cualquier programación, como la del Chapí, o la del Principal, o la de los títulos que recoge la nueva colección de películas de algún periódico. Por esa emoción que a veces nos llena gracias a la expectativa de encontrar ilusión, entretenimiento, belleza… Y esa sensación, del mismo modo, al tener entre mis manos la Programación de nuestra Casa de Cultura: un lugar donde he podido vivir muchas gratas experiencias tanto en el terreno artístico como en el social.
Evidentemente otra de las razones que me exaltaban era la falta de costumbre, o más bien la añoranza de la costumbre de hojear una programación de la Kakv realmente trabajada. Y me refiero obviamente a una programación estudiada, la que sólo puede realizar quien dedica su jornada laboral a ese fin. Precisamente por ello en Villena tenemos contratada a una persona para realizar esa función. Y esa plaza ha demostrado nuevamente, como lo hizo ya en sus inicios, ser útil para desarrollar el trabajo requerido. El trabajo específico, necesario para la Cultura de nuestra ciudad. Un oficio que exige creatividad, miras de futuro, conocimiento, riesgo, compromiso, relación con el entorno. Una labor que en demasiadas ocasiones se confunde con la mercadería. Se confunde con el comercio. Y siempre de forma equivocada, y siempre con sus consecuencias en el medio donde se desarrolla. La contratación para cubrir fechas resulta un perjuicio tanto para las empresas que trabajan en ese mercado como para la ciudadanía que recibe una oferta cultural. Porque no da valor al producto artístico y no se interrelaciona con los intereses y los gustos de un público que forma parte de la vida del edificio, de la vida cultural de la ciudad.

La programación bimestral de nuestra Casa de Cultura se presenta en este momento –hoy y ahora, en la Villena, Generalitat Valenciana y España, de marzo de 2012– consecuente con su espacio-tiempo, sin acentos ni en los recortes ni en las tendencias pasadas. Sin lamentos por lo que pudo ser, ni por lo que se pudo haber avanzado si se hubiera continuado la línea trazada, el trabajo avanzado. La programación de la Casa de Cultura de Villena afortunadamente parece mirar al futuro, un camino donde se puede crear, decidir, avanzar. Y es la única mirada, la única decisión, que puede inspirar confianza. La que no se lamenta por el tiempo perdido, los caminos equivocados…, porque en este terreno no hay ni tiempo perdido, ni caminos equivocados a los que no sacar provecho.

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