Vida de perros

Puntos negros

El empeño del grupo de comunicación Antena 3 consiguió hace aproximadamente un año que nuestro actual grupo de gobierno tomara en cuenta su reclamación: una campaña altruista, Ponle freno, que apostaba por la denuncia ciudadana sobre puntos negros en nuestras carreteras. También este semanal hizo uso del término en su portada hace pocas semanas. El detonante fue el choque entre dos vehículos en la Avenida de Alicante. Punto negro, enfatizaba el titular en negrita bajo la foto del siniestro. Punto negro: un cruce, una señalización incorrecta o ausente, una vía que en horas punta se convierte en una trampa para la circulación...
Puntos negros son los que demarcan la calle ofrecida a nuestro querido Arévalo. Tanto al tomar o abandonar la calle Rosalía de Castro, cruzando bajo la autovía, como al cruzar o incorporarse a la Avenida de Alicante. Dos cruces generalmente muy concurridos en los que la persona al volante debe estar atenta a las intenciones de los vehículos que circulan en las tres direcciones restantes. Punto negro se calificó también a alguno de los cruces de la calle San Isidro, como se podría haber hecho con alguno de los cruces de la calle Capitán Postigo –la que sube y baja junto a la Plaza de los Toros–. Unas calles que el caso de realizarse el proyecto que pretende atravesar subterráneamente las vías, multiplicarían su peligrosidad.

Y ya que entramos en materia. La del túnel subterráneo que supuestamente atravesaría las vías para desembocar en las inmediaciones de la gasolinera. No puedo morderme la lengua si pienso en las consecuencias que se desencadenarían en la carretera de Yecla con la incorporación de esta entrada-salida. De hecho, sólo puedo imaginar como factible la solución propuesta si a ella se suma la construcción de una rotonda junto a la gasolinera. Porque si consideramos las salidas y entradas de vehículos que en actual estado de la vía tras su modificación con el carril-bici-chatarra, veremos que la rotonda es necesaria incluso sin añadir este atajo para salvar las vías. Sumen ustedes: la entrada y salida hacia el restaurante y demás negocios tras la gasolinera, las dos entradas y las dos salidas a la gasolinera, y las dos entradas y las dos salidas hacia la carretera de Pinoso: total cuatro salidas de la vía y seis incorporaciones. A las que habría que sumar la entrada y salida (que bien podrían coincidir con las primeras citadas aunque tendríamos que multiplicar por cien el flujo de tráfico). Un caos circulatorio al que deberíamos sumar el cruce de los Altos de la Condomina, la entrada y salida al hipermercado, y las propias vías… Por muchas vueltas que le doy, y les aseguro que soy uno de los primeros afectados por el paso a nivel, soy incapaz de concebir y valorar el proyecto del paso subterráneo sin considerar la obvia necesidad de una rotonda en la carretera de Yecla.

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