Apaga y vámonos

Pureza de sangre

Los Estatutos de Limpieza de Sangre fueron un mecanismo de discriminación utilizado en España que servía para apartar a los descendientes de judíos o moriscos del acceso a los mejores cargos del reino, reservados para aquellos que pudieran demostrar ser descendientes de cristiano viejo. Afortunadamente esto ya no se estila en nuestro país, aunque en Villena lo mismo tenemos que afiliarnos a Los Verdes para poder opinar sin que nos tachen de herejes.
El lunes leíamos en los foros de EPdV.es un texto que me dejó patidifuso. Su autora era Esther Esquembre, quien, al hilo de la polémica por el traslado a la placeta de Colache de la Sede Universitaria, ponía en duda la legitimidad de las opiniones de la Cooperativa de Estudiantes, Cobse, al formar parte de la misma el concejal del PP Jesús Martínez. Lo gracioso es que afirmaba, literalmente, que “hasta ahora me parecían muy legítimas las reclamaciones de Cobse, pero ahora tengo serias dudas”, ignorando por lo visto que Jesús Martínez ha formado parte de la dirección de la entidad desde hace, como mínimo, 10 años. Al menos en 2002 ya era el presidente de la cooperativa…

Con todo, no es esta afirmación lo más sorprendente, sino el desprecio hacia la opinión de una entidad –por formar parte de la misma un concejal del PP– perpetrado por una persona que es Verde y que es pareja de un concejal del ayuntamiento de Villena por el mismo partido. Es decir, que si aplicamos a su comentario su propia regla de tres, Esther Esquembre estaría totalmente deslegitimada para hacer valoración política alguna, pues sus opiniones, obviamente, estarán “politizadas y en lugar de ser objetivas buscarán un interés político”. Y ya que estamos, y sin dejar la regla de tres, apliquemos el mismo rasero a las organizaciones a las que pertenece Esquembre, verbigracia, la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, cuya opinión habrá de ser ignorada a partir de ahora por “estar politizada y no ser objetiva”.

Por mucho Jesús Martínez que haya, estimada Esther, Cobse es una voz más que autorizada para hablar de cuanto afecte a la Sede Universitaria de Villena. De hecho, es muy probable que sea el colectivo que más ha hecho por que Villena disponga de dicha Sede, a la que ha acompañado desde su llegada, por no hablar de la Sala de Estudios, que no existiría de no ser por su continua reivindicación, mantenida durante años. Además, eso de ponerse a repartir certificados de pureza de sangre –o de militancia o afinidad con las distintas opciones políticas– para ver quién puede o no puede hablar podría ser muy peligroso, vean si no:

La comparsa de Maseros quedaría automáticamente descartada como interlocutora, pues su presidente es un reconocido militante Verde, Francisco Navarro. Al igual que la de Piratas, con la que tiene mucho que ver otro militante, en este caso socialista, Sergio Palao. Por supuesto, dada la relación de su director, José Fernando Sirera, con el Partido Popular, habría que ignorar sistemáticamente todas las reivindicaciones del Conservatorio Profesional de Música, por no hablar de las demandas de la comunidad educativa villenense, donde hay tantas y tantas personas vinculadas con la política local, ¿verdad, Cate?

Opinar distinto no convierte a nadie en malo, en enemigo ni en rival, sino solo en alguien que piensa diferente. Descalificar a quien tiene un discurso distinto al oficial, señalarlo con el dedo como el objetivo a derribar e intentar tirar por tierra sus argumentos sin ni siquiera entrar a valoraros únicamente descalifica a quien así procede, por muy Verde que sea y por mucha pureza de sangre –verde– que consiga demostrar.

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