¿Qué es defender los intereses valencianos?
Hace unos días el Vicepresidente del Consell valenciano y secretario general del PP de Alicante, José Císcar, afirmó que su partido estaría dispuesto a pactar con cualquier formación, siempre y cuando acepten los postulados que pasan por defender siempre el interés general de la Comunidad Valenciana. Ese mensaje es, sin duda, una clara referencia a UPyD y a Ciutadans, los partidos de Rosa Díez y Albert Rivera respectivamente, más cuando el político catalán quiere implantar su formación al resto de España. O sea que, según Císcar, el PP estaría de acuerdo en alcanzar un pacto con estas organizaciones para frenar el avance de un tripartito radical y de izquierdas, en alusión a una alianza electoral de PSOE, IU y Compromís.
Como la memoria es frágil recordaré ahora que el PP ha acusado, por activa y por pasiva y en todos los rincones de España, a esos acuerdos postelectorales que han concluido en unos gobiernos tripartitos en Cataluña o en municipios, como Villena en el 2003, o en bipartitos como en Andalucía. Sin embargo ahora sí estaría dispuesto el PP en pactar con quien sea, si no logran la mayoría, para frenar a esos tripartitos endemoniados y fanáticos, preparado para sellar coaliciones con otras fuerzas y establecer, allá donde fuera necesario, bipartitos o tripartitos con tal de que no gobernara la izquierda. Otro ejemplo de hipocresía y cinismo cuando han acusado a otros de lo mismo que estarían ellos dispuestos a hacer ahora.
Al día siguiente de las declaraciones de Císcar aparece Serafín Castellano, Secretario General del PP en nuestra Comunidad, para desdecir a su colega y declarar que el PP no pactará con nadie porque no hará falta, pues volverá a obtener mayoría absoluta, aunque no aclara qué harían los populares si no alcanzan esa mayoría, pareciendo razonable entonces la tesis de Císcar, es decir, pactarían con tal de no perder el poder. Y de todo esto deduzco dos reflexiones que me preocupan y mucho: la primera es por qué Serafín saca tanto pecho y es tan exageradamente optimista en los resultados, más cuando las encuestas indican que el PP va a perder la mayoría; la segunda se refiere a qué entiende el PP cuando habla de la defensa de los intereses valencianos. Porque jugar a adivinos es de chulos faroleros y la defensa de los intereses valencianos no se demuestra en una simple declaración de intenciones.
La defensa del interés general de la Comunitat Valenciana no se escribe en un papel, que siempre acaba mojado, los intereses generales se protegen todos los días para que los ciudadanos vivan en una sociedad justa, sin estrecheces ni sobresaltos y con una digna tranquilidad. No sirve en la Comunidad Valenciana la cansina excusa de la herencia de Zapatero, pues aquí y antes de Alberto Fabra ya gobernó Francisco Camps y, antes de él, Eduardo Zaplana, sabiendo todo el mundo que hoy la tesorería de la Generalitat está vacía y endeudada, dependiendo de los Fondos de Liquidez Autonómica, el llamado Fla, que concede el gobierno central, y de todos es conocido que el ministro Montoro ha ninguneado toda la legislatura las reclamaciones del señor Alberto Fabra.
Defender los intereses valencianos no se dice ni claro ni alto, se hace. Y este gobierno no lo ha hecho y pueden dar fe de ello los funcionarios de la Administración, recortados sus salarios y su derechos; los profesionales de la sanidad y la educación, igualmente agujereados sus bolsillos; las asociaciones socio-sanitarias en el sector de Bienestar Social, que han estado hasta seis meses sin cobrar; los farmacéuticos, con escandalosos impagos; las personas dependientes, ya sin ayudas; los parados de larga duración, sin ningún tipo de prestación; los jóvenes sin empleo, que jamás podrán cobrar una pensión porque no tendrán los años de cotización y nunca podrán acceder a una vivienda propia; los pensionistas, que han visto aminorados sus subsidios; los medianos y pequeños empresarios, privados de financiación por los bancos a los que el Estado saneó; los trabajadores por cuenta ajena, que han visto reducidas sus nóminas y desaparecidos sus convenios; los enfermos, que siguen en largas listas de espera y rascándose el bolsillo con el copago; los autónomos, perjudicados por la subida del IVA; los escolares sin becas, desprovistos del servicio de comedor escolar; la población en general, sableada con tantos y elevados impuestos
Eso sería defender los intereses de los valencianos y de los españoles. Y nada de nada se ha hecho. Además, a los corruptos no se les castiga y la sensación de impunidad genera la convicción de injusticia, indefensión y desamparo. ¿Volverá a ganar el PP con mayoría absoluta o formará un tripartito, cuando ha odiado siempre a los tripartitos? Vivimos anestesiados por las palabrerías de los charlatanes.