¿Qué le pasa a este Gobierno?
Acabo de leer en el diario Información un artículo de opinión, que firma Francisco Esquivel, que escenifica en su justa medida la forma de actuar de nuestro Presidente de Gobierno, Sr. Zapatero, ante la crisis económica que estamos atravesando: se resiste a llamarle crisis a lo que tenemos encima. Alguien debería decirle que, de persistir en su empeño, igual las medidas que pretende poner en marcha combaten la desaceleración pero nos deja el resto. Ante el crecimiento del desempleo en mayo su argumento es que tenemos el índice de paro más bajo en todo lo que llevamos de democracia, y se ha quedado tan ancho y tan pancho.
El problema es que no hay nadie que se lo pueda decir, ya que el más indicado para hacerle entrar en razón, nuestro Ministro de Economía, Sr. Solbes, también se nos sale por la tangente y ante el anuncio de los datos de desempleo del mes de mayo ha reconocido que no es un buen dato (el peor en 15 años) pero ha matizado que el aumento del número de parados no ha sido espectacular, y eso que llevamos un crecimiento de 380.344 parados. Que se lo digan a estas 380.000 personas que tienen que hacer colas en las oficinas del INEM. Al mismo tiempo ya ha reconocido que la economía española crecerá al 2%, cuando hace escasamente mes y medio la situaba en el 2,4% y antes de las elecciones en el 3,2%, y las previsiones de algunos organismos la cifran en el 1,8%. ¿Cuál será la buena dentro de dos meses? Habrá que confiar en que haya más tino en las previsiones, ya que su falta de prudencia en los presupuestos va a conllevar comernos todo el superávit de años anteriores y esto ya lo venimos diciendo desde hace meses.
Pero si el paro es significativo, tanto o más son los datos de contratación, que han bajado un 14,8% con relación a mayo del 2007, con una bajada del 13,6% en contratos indefinidos, lo que denota una cierta precariedad en el empleo estable y por tanto a largo plazo, y con las previsiones de crecimiento que van bajando mes a mes, supondrá nuevos aumentos en las tasas de desempleo.
Y qué decir de los precios, pues más de lo mismo, y si no que se lo digan a la gran mayoría de amas de casa que día a día ven cómo los supermercados suben los precios. Como datos significativos los alimentos frescos que más se encarecen en un año son los limones (46,3%), el gallo (14,5%), las judías verdes (14,2%), las naranjas (11,5%) y las sardinas (13,9%). El aceite de girasol (43,5%), la harina (29%) y la leche (23%) son los que más se disparan entre los productos alimenticios envasados, por el contrario, las cebollas se abaratan un 14,5%, seguidas de las patatas, que cuestan un 10,5% menos, y los tomates para ensalada, que ceden un 7,6%, lo que me lleva a pensar que tendremos que cambiar nuestra dieta habitual.
Las únicas voces sensatas, la del Gobernador del Banco de España, que ha declarado que nuestro país sufre una fuerte desaceleración, mucho mayor de la esperada, y la del Secretario de Estado de Economía, que en los mismos términos ha advertido que las turbulencias de los mercados financieros se han intensificado y que la desaceleración de la economía es más acusada de lo previsto.
No es catastrofismo, es lo que está intuyendo y padeciendo la ciudadanía cada día que pasa, mientras nuestro Gobierno se queda impasible como si no fuera con ellos.