El Diván de Juan José Torres

Que nos rescaten de las mentiras

Quiero pensar que algún día se sabrá toda la verdad sobre los intereses ocultos de grupos especuladores y gestores políticos que nos han llevado a la ruina. Ya sabemos que los mercados financieros obligan a vaciar los ahorros de la mayoría para moverlos a su antojo y para sus propios beneficios pero, lo que indigna más, es que la obligación de los políticos no es entrar ni caer en ese juego, sino desenmascararlo para protección de ciudadanos. Pero resulta que aquí nadie sabe nada y si algo perciben lo cuentan a cuentagotas. Nadie dice ni pío si va a venir el corralito, qué pasó con Bankia, qué letra pequeña tiene ese gigantesco crédito financiero o por qué sigue Dívar.
Rajoy vuelve a mentir al afirmar que esos 100.000 millones que la UE presta a nuestros bancos no supondrán más recortes ni reformas para nuestro maltrecho Estado de Malestar. Nos engaña ya desde el término que emplea, pues dice que no es un rescate, sino un crédito. ¿Pero habrá que reintegrarlo, tontorrón? Dice también que la devolución la hará la Banca, por más que la petición de la ayuda la hizo el propio presidente, porque si es para la Banca que lo pidan los bancos, que se te ve el plumero don Mariano. Como tampoco nos cuenta que ese dineral no sirve para que los parados trabajen ni que personas como servidor cobremos los meses pendientes.

Sin embargo tanto Bruselas como Alemania se manifiestan en sentido contrario: se bloquearán al instante las ayudas si España no cumple con el trato y no respeta las condiciones. Para que todo el mundo lo entienda esto significa que satisfacer el compromiso representa más ajustes, más rigor y más reformas. ¿Ha dicho algo al respecto nuestro mandatario sinvergüenza? No, ni lo piensa hacer. Así que la troika, esos expertos de la Comisión Europea, del FMI y del BCE, nos va a seguir tocando los huevos y los ovarios. No se confundan, sólo los nuestros, no los cataplines de políticos, banqueros, legisladores y jueces. Y las partes bajas de Rato y Dívar a salvo.

Por tanto si la solicitud de la ayuda viene del Estado, el dinero lo recibe el Estado y el Estado responde por él, ¿por qué narices no dicen al pan, pan y al vino, vino? Si en Grecia, Portugal e Irlanda, que ya pasaron por esto, se exigieron más privatizaciones, más despidos de funcionarios y más impuestos, ¿significa que España es más guapa que nadie y aquí no va a pasar lo mismo? Pues entérense amigos lectores de lo que nos espera: además de lo expuesto, mayor incremento del IVA, eliminación de la deducción por vivienda, recorte del desempleo, endurecimiento de la reforma laboral, prolongación de la vida laboral y otra severa reforma de las pensiones.

Lo harán poco a poco, para que no se note mucho y los pescozones no sean simultáneos. Primero una cosita, luego otra, os jodo un pelín por aquí, te la clavo por allá y con la misma cantinela de siempre, que ya harta: “es necesario el esfuerzo de todos”. Luego dirán que somos ejemplares, heroicos, maravillosos y demás tonterías. Lo que somos de verdad es masoquistas, porque el esfuerzo no es de todos, sino que les toca a los de siempre. Por eso detesto a los caraduras, a los embusteros, a los que hablan con solemnidad de obligaciones y se ríen de nosotros con la boca pequeña. Necesitamos que nos rescaten de las mentiras antes que nada.

Y mientras me quede aliento y fuerzas no pararé de denunciar barbaridades, de desmontar falsas esperanzas y de maldecir a los que roban nuestro dinero y dignidad, aunque acabe en la cárcel. Aún me queda una docenica de amigos que me llevarían a los Alhorines alguna fiambrera y algún que otro pañico.

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