Editorial

Que se acabe ya

A la hora de redactar este editorial resulta imposible conocer el resultado de las elecciones a la presidencia local del Partido Popular, no obstante el esfuerzo realizado por El Periódico de Villena para recoger, al menos, el resultado de las votaciones y, en consecuencia, la composición de la nueva ejecutiva del partido.
Ojalá el resultado, sea el que sea, permita echar el cierre definitivo al despropósito y el esperpento que Villena ha tenido que vivir durante los últimos meses, aunque mucho nos tememos que, visto lo visto esta semana, vaya a pasar todo lo contrario, a tenor de lo leído y escuchado desde que se hiciera pública la candidatura de Cristina Costa, que sorprendentemente y a última hora, ha decidido competir contra el aparato “oficial” del partido, controlado por Celia Lledó.

Desde dicho anuncio, que tuvo lugar el pasado viernes, las cosas han tomado ya tintes de guerra civil en el seno del Partido Popular, algunos de cuyos afiliados y simpatizantes no han dejado de cruzarse insultos y amenazas en los foros de Internet y en persona, utilizando para ello cualquier argumento, incluso los parentescos familiares o los cargos públicos desempeñados antes y ahora por los suegros de las dos candidatas –Antonio García Agredas y Antonio Martínez Vicente– y llegando a darse la circunstancia de que un integrante de la candidatura de Costa faltó el respeto a Lledó en la sede del partido sin que ninguno de sus compañeros terciara para afearle su conducta, lo que da buena muestra de hasta dónde está llegando el disparate autodestructivo que ha invadido a la formación política local con más afiliados y votantes.

Casi al mismo tiempo, fracasaba el enésimo intento de mediación entre los concejales del equipo de gobierno impulsado por la dirección regional del partido, que envió a Villena a José Ciscar, delegado del Consell en Alicante, con la intención de poner orden, y lo que se encontró fue un enfrentamiento abierto que le hizo desistir en su intento y volverse por donde había venido dando la situación por irreconciliable.

Así las cosas, sólo nos queda repetir que ya va siendo hora de que alguien recapacite y se dé cuenta de que a Villena y a sus ciudadanos ni les va ni les viene guerra alguna en el seno de un partido, por lo que ya va siendo hora de que se pongan trabajar por la ciudad, que para eso cobran. Eso sí, tendrá que ser después de las vacaciones, merecidísimas después del estrés que han sufrido nuestros concejales durante los últimos meses.

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