¿Quién gobierna al pánico?
Pensaba el otro día en aquel programa de televisión de los años ochenta, Si yo fuera presidente, del fallecido Fernando García Tola. Al evocarlo lo relacioné de inmediato con el presidente de verdad, Mariano Rajoy, y no sé si se hará cruces, como hago yo, por el panorama tan desconsolador que nos quita el sueño. Me resulta increíble que sólo el Gabinete de don Mariano respire tranquilo cuando la gran mayoría de españoles ya no podemos jugar a adivinanzas. Porque un presidente pierde liderazgo si su pueblo se encuentra en una situación caótica y vergonzante, ¿de qué sirve entonces un ejecutivo si sus ciudadanos son súbditos y marionetas de caprichos mercantiles?
Con una tasa de paro alarmante, y el gobierno admite que podría ascender a seis millones a finales de año, con una subida de impuestos abusivos, con la advertencia de que el IVA nos mermará más el curso que viene, con el stop al gasto público, los recortes educativos y sanitarios más la reforma laboral, que tiene más efectos adversos que los positivos que auguraban, nos encontramos en un callejón sin salida y, quien sabe, sin retorno. Si con las medidas gubernamentales tomadas el paro está alcanzando un techo histórico y el consumo ha tocado fondo habrá que ver cómo se sale de ésta. Porque si no se consume no se vende y si los desempleados se multiplican el Sistema de Pensiones se tambalea.
En el centro del huracán una UE que está más desunida que nunca, que sus países miembros tienen intereses distintos, que las mayorías idolatran a los mercados y las minorías claman para que los dineros que nos quitan, que nos roban, que nos exigen recaiga en los ciudadanos, en bienestar y cobertura social; donde los socios comunitarios llevan ritmos diferentes, la fusión política es una quimera, los pilares económicos otra mentira y la unidad monetaria, la única que nos une, está en caída libre, el fracaso es tan evidente que habría que replantearse Europa y sus objetivos.
El bueno de Aureliano escribía que había que meter mano a la Comunidad Valenciana, en su excelente artículo Intervención Ya. Yo creo que los ciudadanos europeos deberían intervenir a Europa, señalarles que este no es el camino con 25 millones de desempleados, que el colapso nos espera si no cambiamos de tuerca y de dirección, como por ejemplo exigir a la Banca que abra el grifo de los créditos porque interesa más reactivar a sus clientes que tenerlos de morosos y que la función del BCE no es ahogar a los países miembros, sino alegrarles la vida. Del mismo modo que a la Comisión Europea y al FMI le sugestionaría más flexibilizar los tiempos de pago a los deudores.
Así que los paquetes de rescate y los planes de ajuste que esperen o se revisen, pues está visto que a la marcha que vamos no hay crecimiento, sino recesión. Islandia encendió la luz y las elecciones de Francia y Grecia son significativas: o cambiamos el modelo o nos vamos todos al carajo. Los responsables de la quiebra siguen haciéndose las mismas fotos con sonrisas triunfadoras, los que se llevan el dinero a paraísos fiscales descapitalizando sus países tienen barra libre y los corruptos imputados quieren pactar con los fiscales. O estas memeces se cortan de raíz y se impide que vuelvan a ocurrir o veremos las calles vencidas de odio y violencia.
Sin embargo todo indica que la estupidez sigue siendo crónica, no escarmentando de los mismos errores que incrementan el Estado del Malestar. El Presidente de Bankia, Rodrigo Rato, otro ex ministro del PP y expresidente del FMI, abandona su entidad, con sueldazo millonario, en pleno fiasco y no sin antes haber garantizado, otra vez, una ayuda pública de 7 a 10 mil millones de euros. Rato es un sinvergüenza y Rajoy tonto del culo. Yo ya les he condenado por cerriles irresponsables. ¿Y ustedes?