Historia

Restauración de la torre, campanas monumentales y reloj de la Iglesia Arcedianal de Santiago. Primera fase

“El templo de Santiago es uno de los más bellos y originales edificios del gótico final hispánico, arquetipo de una escuela arquitectónica que tuvo amplia resonancia regional. El hecho de estar incluido en el catálogo de los monumentos histórico-artísticos de la Nación no exime a los villenenses de la obligación de preocuparse por su conservación e integridad”. José María Soler.

Se ha escrito mucho sobre la monumental Iglesia Arcedianal de Santiago de Villena, su historia, sus promotores, sus artífices, sus escudos, grabados y grafitis. Éste, sin embargo, es el relato del arquitecto a pie de obra, y de las actuaciones reparadoras llevadas a cabo con los siempre insuficientes medios de los que hemos dispuesto y con la colaboración activa de las personas que han participado.

Muchas han sido las intervenciones que hemos realizado en los últimos veintidós años, aunque a la vista de un observador no especializado, de la ciudadanía en general, la trasformación paulatina del edificio haya podido pasar desapercibida. La Iglesia de Santiago es un edificio monumental, no solo por estar declarado como monumento histórico-artístico desde 1931, hoy BIC (Bien de Interés Cultural a nivel nacional), sino también por su gran tamaño físico, grandioso por sus valores y antiguo por sus cinco siglos de existencia.

Desde 1996 hasta hoy, con la participación de numerosos colaboradores de la empresa que dirijo, Cartodalia Arquitectos, con el impulso constante de la Asociación de Amigos de Santiago, personificado en todos y cada uno de sus socios y, especialmente en sus presidentes, así como con el acompañamiento de los párrocos y el apoyo del Obispado de Orihuela, la Diputación de Alicante, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Villena, se han realizado, como decía, multitud de intervenciones.

Sustitución de las cubiertas
La primera, una de las más relevantes, fue la sustitución de las cubiertas de la nave central y laterales. Las cubiertas que allí nos encontramos, reconstruidas al finalizar la Guerra Civil por haber sido incendiadas al inicio del conflicto, estaban produciéndole al edifico numerosas patologías originadas por la falta de estanqueidad, goteras manifiestas, acumulación masiva de escombros y filtraciones de agua en los muros de piedra. Esas cubiertas incendiadas fueron repuestas en los años cuarenta con una gran premura por habilitar funcionalmente el templo como lugar de culto, obviando conservar las trazas arquitectónicas que a nivel de volumen, cornisas y acabados definían originalmente al edificio; sobreelevaron el apoyo de la estructura de las cubiertas mediante un murete de ladrillo enlucido de cemento, produciendo una distorsión formal aberrante que indolentemente estuvimos contemplando durante más de cincuenta años hasta las postrimerías del pasado siglo XX. Esta actuación supuso la recuperación de las trazas originales de cumbreras, limatesas y cornisas del monumento, amén de atajar goteras y filtraciones y de liberar del peso inerte de los escombros acumulados sobre las bóvedas.

Paso a paso
La segunda intervención pretendida y todavía no culminada fue la de limpiar y repristinar el conjunto de las fachadas y la totalidad de sus elementos singulares. Ocurrió que, aun teniendo la promesa de financiación completa por parte de la Consellería de Cultura, y habiendo realizado por nuestra cuenta el proyecto técnico exigido por la legislación, finalmente la Consellería no provisionó dinero alguno, por lo que tomamos la determinación de ir poco a poco restaurando los elementos más significativos y delicados, como fueron las magníficas portadas góticas y renacentistas de Marqués de Villores, la de la plaza de Santiago, las bellísimas ventanas de Ramón y Cajal y Párroco Azorín, y finalmente, la reconstrucción del panel de escudos y blasones de Ramón y Cajal, el cual fue destruido al inicio de la contienda civil del 36.

Sacristía y Sala Capitular
Otra intervención importante y necesaria fue la que realizamos en la Sacristía y Sala Capitular, también afectadas por el incendio del 36 y por numerosas y sucesivas obras incontroladas, encontrándonos, por ello, esta parte del monumento en un estado de conservación lamentable. Fue necesaria la intervención en dos fases, una primera para entender y sacar a la luz lo original, eliminando lo agresivo, superpuesto y destruido, y otra posterior para limpiar, reponer, reconstruir y recuperar la joya oculta que resultaron ser esas dos estancias de la Iglesia de Santiago. Sacristía y Sala Capitular renacieron de sus cenizas, cual Ave Fénix, en virtud de la larga y costosa restauración llevada a cabo.

Elementos góticos y renacentistas
La torre de Santiago de Villena responde en su diseño a patrones italianos, construida mezclando elementos puros del gótico tardío, como son el chapitel, los macizos muros y las mínimas ventanas de su primer cuerpo, con otros claramente renacentistas, como el cuerpo que alberga las campanas y el reloj con sus molduras, impostas y cornisas. La torre presenta un cuerpo volumétrico de base cuadrada uniforme de 5,60 metros de lado, y tiene una altura total, hasta el final de la cruz que la culmina, de 44,78 metros. Está situada en el extremo oriental de la Iglesia, y tiene su acceso a través de una portada con reja jalonada de un marco de pilastras y frontón de trazas renacentistas, que a través de un breve pasillo de penetración oblicua con bóveda de medio punto da paso a la torre y comunica con la Sacristía y la Sala Capitular.

Desde el punto de vista formal, la torre está compuesta por tres cuerpos arquitectónicos claramente diferenciados. El cuerpo inicial de carácter robusto y macizo, a modo de fuste de columna, con muy pocas aberturas estrechas y verticales para la entrada de luz, tiene una altura de 23,76 metros hasta la cornisa donde nacen los huecos de las campanas. El segundo cuerpo es el que llega hasta la terraza, a modo de capitel. Tiene sus cerramientos permeables en virtud de la apertura de un total de siete huecos de traza vertical acabados por arcos de medio punto que circundan las cuatro fachadas de la sala de campanas, además de cuatros óculos circulares sobre los huecos anteriores que centran cada una de las cuatro fachadas y que recaen interiormente a la sala del reloj, todo ello rematado por la amplia y bella cornisa de ménsulas esviadas, que se alza hasta la altura de 31,37 metros. El tercer y último cuerpo es el denominado chapitel, formado por una seudopirámide de planta octogonal terminada con ladrillos macizos vidriados de ocre rojizo, verde y azul, discurre hasta los 41,38 metros, donde se apoya el remate formado por pináculo, veleta y cruz.

Estructura de la torre
La torre tiene cuatro cuerpos diferenciados entre sí, los cuales obedecen a criterios puramente estructurales a los que se han adaptado las necesidades funcionales. El primero, que tiene que soportar el mayor peso, discurre desde la base hasta la altura de la terraza de las naves laterales y seudogirola, tiene una altura de 11,83 metros, alberga centrada en su interior una escalera helicoidal de caracol con alma, peldaños y bóveda perfectamente tallados en piedra caliza, de planta circular de 2,26 metros de diámetro, rematada por bóveda de medio punto, siendo el resto de ella maciza con espesor mínimo de 1,67 metros. El segundo cuerpo, ya liberado en buena parte de cargas, se configura mediante un doble muro perimetral, el exterior de fachada de 0,45 metros de espesor y el interior de 0,60, entre los cuales, por el hueco entre muros de 0,85 metros de anchura, discurren diez tramos de rampa de paso y un tramo final de escalera que conducen hasta la sala de campanas situada en la cota +22,92 metros, dejando en el centro interior de este cuerpo un hueco cuadrado de 1,80 metros de lado por el que discurren las cuerdas de toque de campanas y en su día lo hacían las pesas del antiguo reloj. Estos dos primeros cuerpos constructivos forman el que anteriormente hemos dicho que es el primer cuerpo formal, el puramente gótico.

Reloj, campanas y remate
El tercer cuerpo constructivamente hablando coincide con el segundo cuerpo formal, el renacentista, que únicamente tiene muro perimetral de fachada de 0,69 metros de espesor, perforado por los huecos de campanas y reloj, liberando en su interior un espacio de planta cuadrada de 4,22 metros de lado, tiene una altura de 8,50 metros, está dividido en dos plantas mediante forjados de vigas de madera configurando sendas salas, la de campanas y la del reloj, atravesadas por una estrecha escalera de caracol que las comunica a la vez que desemboca en la salida a la terraza. El cuarto y último cuerpo constructivo es el que corresponde al remate de la torre, el chapitel, cuyo sistema constructivo consiste en cerramiento de fábrica de medio pie de ladrillo macizo vidriado por su cara exterior, apoyado en muro de piedra, de forma seudopiramidal de base octogonal de 2,20 metros de lado y 9,96 metros altura, contando con el apoyo auxiliar, a modo de mástil de vela de barco, como estabilizador de los empujes horizontales procedentes del viento y de eventuales movimientos sísmicos, de un pie derecho de madera de 10,57 metros de longitud, que se sitúa en el centro interior del chapitel y va desde la parte más alta del mismo hasta la mitad de la altura de la sala del reloj y que cuenta con un apoyo articulado mediante vigas cruzadas de madera a la altura de la terraza.

Actuación de 2018
La fase primera de la restauración de la torre campanario se está realizando bajo mi dirección en base al proyecto redactado por mí en 2015. Este proyecto contempla una serie de actuaciones muy concretas que paso a describir sucintamente a continuación:

-Desescombrado y limpieza de varios depósitos de vertidos inertes situados en diferentes estancias de la torre, todos ellos procedentes de obras de reparación anteriores a 1996, dejados olvidados allí sin evacuar por la pereza y desidia de los que allí trabajaron anteriormente.
-Levantado y retirada de cables eléctricos obsoletos existentes a lo largo de toda la subida interior a la torre, y dotación de nueva instalación de iluminación en todo el recorrido de subida.
-Refuerzo estructural del forjado de techo de la sala de campanas y suelo de la sala del reloj, mediante estructuras de madera, previo tratamiento ignífugo y contra xilófagos, reconstruyendo el techo a base de listones de madera dotándolo de una imagen homogénea y respetuosa con el monumento.
-Liberación de espacio en la sala de campanas, mediante la demolición y retirada de elementos de obra no originales, añadidos a lo largo del tiempo por motivos inexplicables, que dificultan la funcionalidad de maniobra a la hora de tocar manualmente las campanas y que distorsionan tanto el espacio arquitectónico como la caja de resonancia de las campanas.
-Demolición de un forjado de techo existente no original sobre la sala del reloj, añadido probablemente en el siglo pasado, sin que hayamos podido averiguar o deducir la razón de su existencia, que constreñía la altura libre de esa sala, distorsionado la configuración arquitectónica del interior de la parte alta de la torre.
-Refuerzo y consolidación de la escalera de caracol que desde la sala de campanas da acceso a la sala del reloj y a la terraza.
-Reconstrucción de parte del forjado interior último de la torre a la altura de la terraza, mediante estructura de madera y repavimentado del conjunto.
-Demolición de pavimento en mal estado de la terraza, impermeabilización y repavimentado con piezas cerámicas manuales de pequeño formato.
- Retirada, restauración y recolocación de todas las campanas y matraca, conservando todos los elementos originales, incluso los yugos y herrajes, limpiándolos, asegurándolos y reforzándolos, manteniendo sus grafitis exteriores, y eliminado toda la suciedad exterior e interior de las campanas mediante chorreado, con objeto de sacar a la luz el detalle de todas las inscripciones en relieve y, a la vez, conseguir llegar, en la mayor medida posible, al sonido original de las campanas. Estas campanas son seis en total: campana nº 1 “Santiago pequeña”, año 1701, peso 152 kg, diámetro 640 mm; campana nº 2 “Santa Bárbara”, año 1757, peso 381 kg, diámetro 870 mm; campana nº 3 “Virtudes”, año 1650, peso 496 kg, diámetro 950 mm; campana nº 4 “Santiago grande”, año 1572, peso 1.026 kg, diámetro 1.210 mm; campana nº 5 “María, la gorda”, año 1572, peso 2.462 kg, diámetro 1.620 mm; campana nº 6 ”Campanica de la Virgen”; año 1750, peso 10 kg, diámetro 260 mm. También se conserva una matraca fechada en el año 1900. Reubicación de la campana nº 6 “Campanica de la Virgen”. Redistribución y reposición de las cuerdas de todas las campanas y sus poleas, así como reubicación de apoyos para martillos de toques horarios comandados por el nuevo reloj.

En el momento de escribir este artículo los trabajos están en curso, aún no terminados, lo cual ocurrirá en breve, pues está prevista su finalización para el martes día 31 de julio de 2018, después de lo cual las campanas monumentales restauradas serán expuestas al público en el interior de la Iglesia de Santiago durante una semana, procediendo después a la subida e instalación de las mismas en su lugar original, de tal manera que la conclusión se producirá antes del 15 de agosto de 2018.

En Villena, a 20 de julio de 2018.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba