Cultura

Reverberaciones

Resultado de escribir durante cierto tiempo en un medio es el reencuentro con actividades o situaciones repetidas: feria medieval, actividades de la Asociación fotográfica, como algunos ejemplos, como también el festival de títeres de Las Cruces/San Crispín o el reconocido nacionalmente festival Trojazz. ¡Ah, no, bórrenlo, este ya no!
Anuncios, avisos u opiniones sobre eventos anuales que en ocasiones quien redacta este rincón cultural no puede esquivar y por lo que le sitúan en la obligación más o menos agradable de escribir acerca. En menor medida se da el caso de toparse con circunstancias que por su particularidad no son ni mucho menos periódicas. Así que para no alargarme les diré que vengo a traerles un par de casos que pese a su reincidencia temporal no pueden ampararse en dicha bendita periodicidad.

Los nombres a traer a la palestra son, un año después y otra vez, los de Lorena Amorós y Rafael Hernández. Y vuelven a ser de obligada cita por sus presencias en los escaparates de arte que acogen ARCO y ArtMadrid, donde se exponen sus obras “respectivamente” (la de ella en uno y la de él en otro, vamos). En el caso de las dos personalidades plásticas, por sus trabajos, no por sus personas, reforzamos la presencia de artistas afectivamente ligados a nuestra ciudad –perdónenme, pero no encuentro la expresión correcta– en dos de las ferias más importantes e interesantes de artes plásticas que se realizan en nuestra España. Y aunque se da por supuesto nuestro apoyo a sus carreras, sin envíos de SMS porque no se trata de ganar nada, es de recibo por mi parte insistir en ello, hacerles a ustedes partícipes y motivar la expectación ante una posible exposición de sus obras. Reconozco que el mercado artístico actual no es en su mayoría accesible tanto en el sentido aprehensivo como en el económico. Pese a ello y sin escarmentar continúo sufriendo con la contemplación de piezas seriadas e indefinidas colgadas en algunos hogares que acudo a visitar. No se trata solamente de incentivar la adquisición de piezas artísticas, de obras que podemos encontrar en las galerías u otros de nuestra ciudad: Túnel, Colosseo, Taifa… (algo realmente a tener en cuenta), sino de al menos “forrar” las paredes del hogar con reproducciones de piezas realmente interesantes: digamos esa lámina de Turner en lugar de ese escalofrío de puerto ilocalizable tiznado con brumas rojizas y doradas. Quiero decir con esto que no entiendo cómo se pueden vender y comprar esos cuadros de serie en lugar de hacer enmarcar una reproducción de un original… Será por el marco, me dice un amigo, y reconozco que además entiende de ello. Así que recojo mis bártulos y tan sólo me resta felicitar y desear el mejor de los mundos, otra vez, a Lorena y a Rafa.

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