Vida de perros

Revista de Verano. La importancia de lo importante

Que estamos pasando por un agosto bastante inestable en cuanto a lo que a climatología se refiere es algo que resulta obvio en medio de estos calores lluviosos y vientos nubosos. Algo que unido al periodo vacacional en nuestro ayuntamiento, la falta de noticias propia de las presentes fechas y la todavía latente resaca electoral, está dando como resultado reacciones algo desequilibradas respecto a las pequeñas y grandes noticias de nuestra actualidad municipal.
Al menos queda el consuelo de que gracias a las grandes citas musicales en nuestra ciudad, el tema festero ha tomado por costumbre demorarse hasta mediados de agosto, y eso, lo crean o no, hay quienes lo agradecemos.
 
Me gustaría decir, antes de adentrarme en esas pequeñas y grandes noticias municipales, una pequeña cosita sobre los Festivales, tan pequeña que quedará sin duda perdida entre el cúmulo de halagos –a los que me uno– vertidos desde aquí hasta los más pintorescos lugares del globo. Es una cosita referida al mapa y horario de autobuses que apareció en el tríptico del Festival Rabolagartija. Autobuses que, como bien nos indicó la policía, no darían el servicio ni cada diez minutos ni a lo largo de todo el día. Una información que si bien no encontramos ni yo ni el resto de personas que esperaban el sábado frente a la estación de tren, tampoco pudo indicarnos el servicio de atención del ayuntamiento, ya que nadie respondió al otro lado de la línea.
 
Mientras tanto un árbol ha caído en las cercanías de la estación de tren. El Partido Socialista pide una depuración de responsabilidades, algo que promete convertirse en un clásico y que resulta de lo más llamativo: ya que dicho partido estuvo hasta hace un par de meses en el equipo de gobierno y, digo yo, queridas personas, sabrá dónde acaba el depurativo, puesto que la planificación de las intervenciones que hicieron caer el árbol en cuestión entraban dentro de sus competencias. En la misma línea hemos tenido la poda de árboles en la Avenida de la Constitución, el asunto de los desperfectos del mobiliario urbano y las denuncias falsas, o el no-caso de la zona azul. Casos particulares que en el momento político en el que nos encontramos quedan casi en una especie de tierra de nadie: de herencias recibidas, de ajustes en las tomas de posesiones, etc.
 
Cosas importantes me parecen las medidas y soluciones que se deben tomar respecto a los recibos no emitidos a los puestos del mercado, o al caso de los criterios respecto a los complementos de productividad de nuestro municipio. Unos complementos que llevan ya tiempo generando malestar entre el personal del ayuntamiento y que ahora mediante sentencia judicial obliga a la Policía Local de Villena a devolverlos. Un mal arreglo el de suplir con los complementos de productividad el ascenso de categoría de los agentes, que se extiende hasta el gobierno del alcalde Vicente Rodes, sin que el resto de equipos de gobierno hayan sabido o podido resolverlo de forma correcta.
 
No menos importante fue aquella otra sentencia que obliga a nuestra localidad a aceptar los residuos que lleguen de la Vega Baja. Y es que no son solo los olores o la saturación de nuestras instalaciones, es que el Turismo y la Basura hacen muy mala pareja, tan mala como la Ecología y la Basura; y una localidad que está poniendo toda la carne en el asador en dichas áreas debería ponerse a trabajar duro para conseguir objetivos en diferentes plazos. Es de desear que toda la ciudad apoye cualquier medida coherente que el equipo de gobierno vaya tomando al respecto, y que todos los grupos políticos sepan hacer un esfuerzo por empujar en la misma dirección. 

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