Sensacional mano a mano
La cartelería taurina se ha caracterizado siempre por el empleo de términos sensacionalistas como el que estoy utilizando para titular este artículo. Extraordinaria corrida de toros, se lidiarán seis bravísimos toros, seis. Para los valientes matadores, bla, bla, bla
Esto es así para abocar a que los incautos espectadores piquen a la hora de comprar las entradas estas sí son verdaderamente extraordinarias, por lo caras porque los matadores no serán tan valientes, los toros no llegarán ni a mansos y la corrida en sí no será más que tediosa, en la inmensa mayoría de las ocasiones. Por eso se anuncian a bombo y platillo, por eso se dice que una corrida de expectación termina siendo decepcionante, tomando este giro de la jerga taurina incorporado perfectamente al lenguaje coloquial.
Sin embargo, el sensacional mano a mano que les quiero referir resultó formidable porque fue protagonizado por José Satorres y Paco Montilla en el seno de la Escuela de Padres celebrada en los Salesianos el pasado lunes. Ambos son Antiguos Alumnos del colegio.
Al comienzo de la sesión, Montilla comentaba que es larga y amplia la tradición de esta Escuela y que su padre ya asistía en la época de don Augusto y después le contaba cosas sobre Freud, el ego y el superego. Igualmente declaraba que al regresar al colegio treinta años más tarde, a impartir clase y además en compañía de Satorres, se cumplía un sueño así como afrontaba un auténtico reto.
La primera muestra la dieron los profesores al acoplarse en un perfecto alimón, indicando cómo se debe dialogar, respetando los turnos, modulando el tono de voz según cada momento de la charla y hablando sólo de aquello que resultaba creíble y comprensible a la vez para los padres y madres presentes en la Sala Domingo Savio.
Los hijos llegan con un pan debajo del brazo pero sin libro de instrucciones, por lo que los padres estamos solos ante el peligro y como saben que los queremos, son capaces de sacar de nosotros todo lo mejor y todo lo peor.
Ante ello, Paco Montilla y José Satorres sugieren algunas líneas maestras básicas para educar sin amaestrar, basadas fundamentalmente en el sentido común, como trabajar en equipo con sus profesores, esforzarnos en transmitirles valores esenciales, crecer con ellos guiándolos y ofreciéndoles una libertad vigilada, enseñándoles a elegir y mostrarles en todo momento lo mucho que los queremos, tratando de incluir el diálogo en todo el proceso, estando alerta en los cambios de época, haciendo las indicaciones con reglas sencillas, claras y coherentes.
Todo ello desde que nacen, porque los niños pequeños dan problemas pequeños pero cuando se hacen grandes los problemas también pueden ser más grandes, y cuando nuestros hijos llegan con problemas, también con ellos llegan las soluciones de los mismos.
Estas charlas tan interesantes como formativas, las organiza la APAS del colegio, se celebra una por trimestre y están abiertas a todo aquel que desee acudir a ellas.
En recuerdo de mi tía Sole, maestra de las primeras letras, madre ejemplar y viceversa.