Simplificando
No me sorprende que el Partido Popular de Villena dé su apoyo a la señora Lledó. Ni que los antes G-8 queden separados, sin respaldo cercano, fieles a su partido por supuesto pero en estado de sitio por los primeros de la lista del Equipo de Gobierno y por sus compañeros de Villena ahora. Es un decir (hay que andarse fino para entrar al debate). No me sorprende porque hace ya tiempo que se intuyen dos líneas políticas en el Partido Popular, rectas que avanzan hacia lugares diferentes, poco distantes entre sí pero suficientemente distantes para estar sujetas a un mismo ideario. Quizás nos acercamos a un nuevo hito histórico: el nacimiento por mitosis de una nueva propuesta política que no se avergüenza de decir que es de derechas.
Que el pleno del PP local apoye a la señora Lledó lleva a decir que el pleno de su partido apuesta por las líneas y las formas que ella representa y muestra. Apoya sus estrategias y sus determinaciones. Apoya unos modos, un particular entendimiento y ejercicio de la autoridad, una forma de entendimiento de la disciplina de partido, de las prácticas de la democracia y de cuáles son los Objetivos Últimos de su ideología y hasta dónde se puede llegar para alcanzarlos. Apoya una práctica de relaciones humanas cercana al trato militar. Estira las cuerdas de la democracia favoreciendo la acción personal frente al consenso popular.
Eso es lo que me da a entender el silencio sobre situaciones que han mantenido en vilo a parte de la ciudad. La falta de escucha y expresa indiferencia hacia el trabajo que la oposición o los colectivos realizan para encontrar soluciones. La cada vez más frecuente reaparición mediática de José María me ha hecho pensar que sí estamos llegando al punto de escisión de la derecha española. Creo que puede ser beneficioso de alguna forma. Aunque eso suponga que una derecha tenga que pactar los gobiernos con otra que se populariza con discursos propios del mismo Le Pen. Puestos al ejercicio de la libertad yo personalmente prefiero escuchar a un partido identificable alegatos casi homófobos, casi xenófobos, casi clasistas, antes que escucharlos de tapadillo dentro de la almohada de un partido de centro. verán ustedes, queridas personas, que por ejemplo en el caso del Paseo Chapí deseo con todas mis fuerzas que la intervención dé el mejor de los resultados posibles, pero tras informarme del proyecto yo todavía no sé muy bien qué cara va a tener, siguen las dudas sobre las soluciones al aparcamiento o al trazado de la circulación. Creo que a una ciudad no se le puede dar (¡Plof¡) un parque por arte de magia. Una ciudad debe opinar y mostrar sus inquietudes y preferencias, de lo contrario vive en el silencio de los esclavos.