Muchos de ustedes sí estuvieron en los toros el pasado día 7 y supongo que cada cual tendrá su propio criterio sobre el resultado artístico. El cartel era digno de la mejor feria, los toros tuvieron más trapío que los de cualquier corrida celebrada en cien kilómetros a la redonda en los últimos diez años, los organizadores se dejaron la piel para que todo saliera bien, el empresario merece que se le siga teniendo en cuenta, el personal salió pletórico
sin embargo fue una pena que la lidia se viese mermada por algo tan simple e imprescindible como unos buenos corrales donde las reses, al menos, pudieran beber agua clara y descansar unas horas después del viaje.
Poco antes, durante la comida, tuve una enconada discusión con Julio de España, un gran aficionado. Julio se explica con rotundidad y sin alterarse, con la voz baja y muy clara, aunque en esta ocasión el debate no fue taurino, sino político. El que fuera Presidente de la Diputación dejó patente su posicionamiento a mi juicio no exento de motivaciones personales y en aquel momento consideré que mi obligación era sacar el pecho por nuestra alcaldesa, precisamente por todo lo contrario a consideraciones personales, ya que mi independencia es absolutista: porque nunca he votado, porque nunca la he votado y porque nunca votaré mientras se mantenga la actual estafa electoral de las listas herméticas. Sin embargo, apreciado don Julio, aunque las subvenciones que proceden de la Diputación sean inferiores a las que otorga la Generalidad, el pueblo de Villena está mayoritariamente con Celia como nunca lo había estado antes con ningún otro alcalde, porque los tiene muy bien puestos, porque se lo ha currado y porque da gusto verla en su sitio. Sin embargo, discrepancias, ceses e intrigas aparte, todos disfrutaron juntos y en política unión de la corrida. Ya saben, los políticos, políticos son.
En la última sesión de comparecencia del Presidente del Gobierno en el Congreso, el incomparable ZP insistió tanto en empecinarse en su error como en culpar a la oposición de agravar esta dura crisis. Cuando fue a la famosa cumbre con la silla de prestado, el señor de la ceja se adhirió a la conclusión general de no subir los impuestos como puntal de la lucha contra la crisis. Sin embargo lo que nos va a infligir es una inminente subida de impuestos sin explicar de qué tipo, ni a qué nivel, ni durante qué periodo, ni qué parte del pufo será capaz de taponar con este diezmo. Su actitud sólo tiene pretensiones propagandísticas y anuncia unos buenos tiempos que sólo su optimismo antropológico es capaz de atisbar. Zparo carece de soluciones, no ofrece mensajes esperanzadores y lo único que permite vislumbrar es que nos caerán dos puntos más de IVA. Sin embargo, lo único que será capaz de hacer es resistir hasta las próximas elecciones.
Decía Margaret Thatcher que el socialismo funciona bien hasta que se termina el dinero de los demás, sin embargo considero que el socialismo es respetable mientras que ZP
