Sin veto a los toros
Los aficionados de Villena debemos sentirnos dichosos con el hecho de que el Ayuntamiento otorgue a las corridas de toros un tratamiento objetivo y autorice festejos taurinos siempre que las condiciones legales y económicas no lo desaconsejen.
Y esto es de agradecer porque no les debe estar resultando sencillo bregar con esta delicada cuestión. Sin conocer a fondo los entresijos de las negociaciones, lo que sí se puede apreciar de puertas hacia afuera es que las críticas a las que está sometido el equipo de gobierno son tan amplias como contradictorias: cuando parece que no se van a celebrar festejos nos lanzamos a opinar que son intolerantes y llegado el momento en que los han autorizado, entonces argumentamos que esto se debe a que se han doblegado a las presiones. Sin embargo, nada de lo que está sucediendo resulta extraño ni nadie está desempeñando un papel equivocado.
A saber:
De los veintiún concejales de nuestro Muy Ilustre los diez que forman la oposición se han mostrado favorables a la realización de corridas de toros desde el comienzo, aunque tampoco sería extraño ni reprochable que alguno de ellos pudiese ofrecer alguna objeción puesto que en el Partido Popular existe libertad de culto.
Entre los once que conforman la coalición de Gobierno formada por los tres partidos, Verdes, PSOE y VCD, hay cinco contrarios por conciencia personal y de partido aunque no todos los Verdes sean antitaurinos, cuatro que reconocen diversas sensibilidades, pues pertenecen a un partido que admite esa diversidad decantando el fiel de la balanza, más los dos centristas, que tampoco han ocultado jamás su buena disposición.
Sobre las consecuencias de estos actos, sólo están en tela de juicio las posibles responsabilidades asumidas por los concejales pertenecientes al grupo Los Verdes de Europa, puesto que hay quien considera que al admitir que se celebren corridas de toros están yendo en contra de sus principios y que deberían incluso dimitir.
Como yo lo veo es justamente al revés, porque carecería de mérito que un Alcalde bien aficionado a los toros estuviese por esta labor y eso es lo que todo el mundo esperaría de él. Aquí el caso es que el Alcalde está personal y políticamente en contra, pero es capaz de afrontarlo puesto que cuando autoriza un festejo se asegura en primer lugar que todo está bajo el sustrato legal y en segundo que será beneficioso para la ciudad. Su honestidad personal y política se mantiene intacta porque su voto es contrario igual que su grupo pero se muestra tolerante con esta actividad legal que tiene gran parte de seguidores en Villena.
Aunque los despachos hayan dado al traste con la novillada prevista para el 29, el Ayuntamiento la había autorizado y está confirmada la corrida del día 7, por lo que me parece que los aficionados no pueden tener la menor queja y en Villena por fin vamos camino de que los toros no sean sinónimo de discordia.
Hacen bien en no vetar los toros mostrando una tolerancia que es de agradecer.