Tantas cosas de las que todavía no hablar
Antes de abandonar provisionalmente esta Vida de Perros y esos Días Felices, secciones de Opinión y Cultura respectivamente, para sustituirlas por las reflexiones insustanciales que coloco en la Revista de Verano cada año con la excusa de cierto reblandecimiento cerebral debido a las altas temperaturas, tendremos que hablar un poco de la cuestionable actuación de nuestra selección de fútbol en el Mundial de Rusia 2018. No, no es cierto, perdonen la broma, es que continúo saturado de información y desinformación al respecto, a todas horas y en todos los canales de comunicación. Y es que cuando hablamos de fútbol, y más concretamente del mundial, esto es un no parar.
Así que para comenzar esta pequeña pausa estival pongo encima de la mesa la decena de folios en los que anoto alguno de los sucesos, de las declaraciones, de los rumores, más llamativos de la última semana, para elegir alguno sobre el que presentar una, digamos, reflexión. Y resulta que en esta ocasión me encuentro con unos cuantos temas de los que creo que es mejor no hablar todavía por motivos ajenos a la política: prudencia, falta de información, respeto
Temas como el que llevó a buena parte de la plantilla de nuestra policía local a asistir al último pleno municipal, por ejemplo, o como los problemas de adaptación de alguna parte de nuestro personal municipal a sus nuevas dependencias provisionales durante la adecuación de nuestra casa consistorial.
Tampoco parece todavía propicio hablar de la puesta en marcha de nuestro nuevo museo, del que se ha hablado tanto para decir tan poco: puede que a algunas queridas personas les parezca que ya es momento de recibir respuestas tipo qué, cómo y cuándo aunque les confieso que a mí desde el primer momento me ha preocupado más el cómo: con qué recursos humanos, materiales y económicos se va a poner en marcha. Y ahí no acaba la cosa, sin necesidad de ahondar en polémicas tipo Gurtel villenera, sin ni siquiera adentrarnos en el asunto de esos pliegos que nos dejan un verano sin esa inigualable cerveza y esas maravillosas vistas en la terraza del bar de Las Cruces, sin meter el dedo en la llaga respecto al inesperado giro que han dado las negociaciones en la concesión del agua y alcantarillado a FCC Aqualia, tras las anteriores insinuaciones sobre su posible municipalización y que ahora ponen en jaque la brutal subida del 21% efectuada en el precio del agua.
Tantas cosas de las que todavía no hablar, como de la figura de cronista municipal, la torre del Orejón o los rumores de despedida de la empresa Sufriendo y Gozando y por tanto de sus festivales musicales, como de la responsabilidad de que el equipo de gobierno ejecute en tiempo y forma los compromisos adquiridos tras los resultados de los presupuestos participativos
Tantas cosas de las que todavía no hablar, que al final parece que se acaba el espacio y no consigo hablar de nada.