Apaga y vámonos

Tedio a la vista

Cuando a Herr Direktor se le ocurrió eso de hacer un anuario y nos pidió a los sumisos columnistas que escribiéramos algo resumiendo el año o anticipando lo que puede llegar, lo primero que pensé es que se le había ido la pinza, porque hacer un pequeño balance del año que acaba –con su parking, con su soterramiento, con sus elecciones…– tira que va, pero intentar esperar algo interesante del año que entra es como aquello de las peras y el olmo (no confundir con las peras, las manzanas y la Botella).
Si se fijan, desde el pasado mes de junio, primeros días d. C., apenas ha habido movimiento. De hecho, las “grandes discusiones” en lo que llevamos de legislatura han venido a cuento del pescado de Albal y la plaza de toros, corrida del día 7 y subvención de 12.000 euros incluidas, y en ambos casos es obvio el papel que ha jugado la oposición a la hora de crear “ambiente”. Visto desde otro ángulo, resulta evidente que a nuestra nueva alcaldesa no le gusta mucho salir ante los medios y explicarse. Así, y si quitamos las ruedas de prensa hechas en compañía –reconocimientos a deportistas, firma de convenios con cajas de ahorros y similares, visita de algún alto cargo–, lo cierto es que cuando escribo estas líneas, el día 22 de diciembre, Celia Lledó no ha hecho ni una sola rueda de prensa en solitario para explicar a los ciudadanos su punto de vista sobre cualquier asunto de actualidad.

Por eso, me atrevo a afirmar que lo que nos espera es el más absoluto tedio que han visto los tiempos. Porque, una vez se aprueben los nuevos presupuestos y el equipo de gobierno muestre sus verdaderas intenciones, poco menos que vamos a asistir al funcionamiento de una apisonadora cuyo ritmo y dirección únicamente se va a ver alterado por los noticias que nos lleguen desde el espacio exterior. Es decir, aquí podrán decir misa el PSOE, Los Verdes, los sindicatos o cualquier asociación que se tercie, que va a ser como clamar en el desierto. Sólo la información venida desde fuera –cofinanciaciones, por ejemplo, o falta de presupuesto para llevar a cabo proyectos estrella– va a ser capaz de generar debate y animar un poco el cotarro en un ejercicio que presumo soporífero, aburrido, tedioso, inane… un coñazo, vamos.

Y es que no sé que piensan ustedes al respecto, pero servidor añora aquellos tiempos preelectorales y electorales que vivimos no hace tanto, esa maravillosa época en la que todos los políticos mostraban su mejor sonrisa, estaban dispuestos a colaborar en lo que fuera y no hacían más que presentar proyectos y propuestas capaces por sí solos de suscitar la admiración colectiva. Aquellos tiempos en que todo eran réplicas y contrarréplicas, denuncias y querellas, descalificaciones y salidas de tono… aquello sí era divertido, con Juan Palao encerrándose a modo de protesta en Alcaldía y los del parking con la fragoneta parriba y la fragoneta pabajo, y no lo de ahora, que no hay por donde pillarlo, con una alcaldesa recluida en su inaccesible castillo, unos concejales a los que no hay por donde toserles de lo creído que tienen eso del carguico y una oposición que todavía no sabe dónde está ni por qué está ni para qué está.

Total, que a día de hoy no espero absolutamente nada interesante por parte de nuestro ayuntamiento a lo largo de próximo año. Eso sí, vamos a estar muy atentos a lo que haga la Generalitat, porque como se repita lo de los 600.000 euros en régimen de cofinanciación, ya les anticipo que nos vamos a reír. Y mucho. ¡Feliz año a tod@s!

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