Sin lugar a dudas, esta semana no cabe sino hablar de la problemática del tráfico de drogas en nuestra ciudad y de sus efectos colaterales, es decir, de la extraña historia de una polémica valla publicitaria que, a día de hoy, parece haberse caído sola de su soporte.
Independientemente de quién fuera la orden o la decisión de retirarla, queremos aprovechar la ocasión para reivindicar un derecho fundamental, el de la libertad de expresión, ante cuyas vulneraciones no caben medias tintas ni excusas peregrinas. Por ello, defendemos hoy y defenderemos siempre la libertad de los miembros de la Federación de Asociaciones de Vecinos (y de cualquier otro colectivo o particular) a manifestar sus opiniones sobre lo que quieran, cómo, cuándo y dónde quieran, asumiendo de antemano, eso sí, que dichas opiniones, así como el modo de hacerlas públicas, pueden ofender a otras personas o colectivos, que legítimamente podrán defender sus derechos ante un juez. Es la grandeza de la democracia.
Dicho esto, mostramos nuestra satisfacción porque el objetivo se ha conseguido: gracias a la polémica generada, en estos momentos toda Villena ha visto la valla y está hablando de ella, han tenido lugar reuniones entre ayuntamiento y vecinos y entre grupos políticos y, por primera vez en lo que va de legislatura, se ha convocado una reunión de la Junta Local de Seguridad. Conste nuestra felicitación para la Federación de Asociaciones de Vecinos. Querían llamar la atención sobre un problema y a buena fe que lo han conseguido.
Finalmente queda lo más importante, porque de tontos sería quedarnos con la forma y no con el fondo. A lo largo de los últimos años, Villena ha acabado convirtiéndose en uno de los supermercados de la droga de la provincia de Alicante, lo que ha atraído a nuestra ciudad a narcotraficantes y drogodependientes, que cada vez en mayor número vemos vagando, mendigando y, en ocasiones, robando por nuestras calles. Y todo ello en un entorno, el Barrio del Rabal, que está llamado a ser uno de nuestros mayores atractivos turísticos, hasta el punto de que ya ha comenzado a recibir la mayor inversión económica de su historia, situación totalmente incompatible con la objetiva degradación urbanística y social que está sufriendo.
Por ello, nos congratulamos de que finalmente haya imperado la cordura, exista acuerdo entre ayuntamiento y vecinos y comience a desarrollarse un Plan de cuyos aspectos más importantes damos cumplida cuenta en páginas interiores. Por lo demás, sólo nos queda ponernos a disposición del ayuntamiento y las asociaciones de vecinos para colaborar con ellos en todo cuanto se nos solicite.
